Un alarmante caso de violencia escolar ha conmocionado a la comunidad de Ciudad Obregón, Sonora, tras la denuncia presentada por la madre de un joven de 17 años, quien fue víctima de una agresión física dentro del Centro de Estudios de Educación Militarizada (CEDEM), el pasado 7 de abril.

Según el relato de la madre, su hijo fue golpeado y amarrado con cuerdas y cinta canela en los pies por sus propios compañeros de clase. La brutal agresión fue filmada y el video, que rápidamente se difundió por diversas plataformas digitales, muestra al menor atado de pies y manos mientras es golpeado.

Este acto de violencia, aparentemente por no cumplir con el código de vestimenta exigido para las prácticas, ha desatado una oleada de indignación entre la comunidad educativa y los padres de familia.

La madre del menor recibió la noticia del ataque a través de una llamada telefónica del padre del joven, quien le informó sobre lo sucedido en el plantel educativo, ubicado en la intersección de las calles Morelos y Otancahui, en Cajeme, Sonora.

‼️LE DAN TREMENDA GOLPIZA A JOVEN EN ESCUELA MILITARIZADA CEDEM🚨#Cajeme | Varios videos empezaron a circular donde se aprecia que un joven alumno del plantel educativo fue golpeado y humillado por los demás, la escuela se ubica en las calles Mórelos entre Bacatete y Otancahui pic.twitter.com/VB0DgqgzUA

— la Verdad en Sonora ⚠️ (@MataSalas123) April 9, 2025

Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora

A raíz de la denuncia, la Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora (FGJES) ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos y garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias de sus acciones.

En un comunicado emitido por la fiscalía, se detalló que la investigación abarca varios frentes. En primer lugar, se ha solicitado información a la institución educativa para determinar si este tipo de conductas violentas ya habían ocurrido en el pasado. También se ha solicitado una certificación médica para documentar las lesiones físicas que sufrió el menor, quien, además, será atendido por la Unidad de Atención a Víctimas para recibir apoyo psicológico especializado, con el objetivo de abordar las secuelas emocionales de la agresión.

Uno de los puntos más inquietantes de este caso es la aparente omisión del personal docente y de seguridad de la escuela, quienes, según se ha señalado, no intervinieron durante el ataque. Este hecho ha generado cuestionamientos sobre el protocolo de seguridad y la responsabilidad de los educadores en un entorno donde los estudiantes deben sentirse protegidos.

La fiscalía también ha iniciado entrevistas con testigos presenciales, tanto compañeros de clase como personal docente, para obtener más detalles sobre el suceso y corroborar las versiones del ataque. Los videos proporcionados por la familia del menor están siendo analizados para determinar con mayor precisión los pormenores de la agresión y si se pudo haber evitado con una intervención oportuna por parte de los adultos responsables.