La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que tras el paso del huracán Otis, que golpeó Acapulco hace tres semanas, el estado de Guerrero todavía no cuenta con un reporte oficial que revele la verdadera magnitud de los daños y necesidades urgentes para emprender soluciones a largo plazo.

Según OCHA, existen lagunas en la información proporcionada por los líderes del sector y se necesita una evaluación exhaustiva de los daños y necesidades para coordinar una respuesta coherente. Más de 130 organizaciones privadas, la sociedad civil y entidades no gubernamentales se unieron para proporcionar una respuesta conjunta a esta tragedia.

En su resumen semanal, con fecha al 13 de octubre, OCHA destaca que el gobierno mexicano aún no realiza un llamado de ayuda internacional. La asistencia humanitaria en las áreas afectadas está siendo coordinada y proporcionada por las Fuerzas Armadas, a través de un centro de mando instalado en la XII Zona Naval de Acapulco.

Un dato relevante señalado por OCHA es que hasta la fecha existen aún 30 personas desaparecidas, 10 menos que el informe anterior. Además, el número de fallecidos asciende a 48 personas, una más en comparación con los informes anteriores.

El pasado 8 de noviembre, OCHA presentó un informe detallado sobre los daños y las necesidades ocasionados por el huracán Otis. Este informe fue elaborado en colaboración con las agencias, programas y fondos del sistema de Naciones Unidas.

El informe reveló brechas y limitaciones en la respuesta a la crisis en áreas como agua, saneamiento, higiene, educación, salud, nutrición, protección civil y reconstrucción del patrimonio cultural.

Con respecto al acceso al agua, resalta la falta de financiamiento para realizar reparaciones en los sistemas de potabilización y tratamiento. Se estima que solo en Acapulco, los daños causados ascienden a 21 millones de dólares.

En cuanto a la educación, el informe señala la exclusión del sector en el Plan General de Reconstrucción y Apoyo publicado por el gobierno federal. Faltan acciones para garantizar la continuidad educativa, la reconstrucción de la infraestructura física educativa y otros apoyos para el sector. Se han registrado daños en 292 planteles educativos.

En el ámbito de la salud, el informe destaca la necesidad de una gestión adecuada de los cadáveres, una clasificación de las causas de fallecimiento y un registro de defunciones y lesionados. Además, hay falta de información sobre los desplazados y un desconocimiento de la incidencia de enfermedades transmisibles y no transmisibles después del desastre.

El Laboratorio Estatal de Salud Pública de Guerrero carece de reactivos e insumos para la vigilancia de enfermedades transmisibles, y se reporta desabasto de medicamentos y vacunas. En total, 120 establecimientos de salud se han visto afectados por el huracán.

A pesar de estos datos alarmantes, Acapulco aún espera una respuesta internacional y un apoyo solidario para enfrentar esta crisis humanitaria.