Osvaldo Abdiel tenía 15 años y acompañaba a su padre, que trabajaba como payaso en una fiesta infantil en la colonia Colinas de la Presa, en Tijuana, Baja California. La noche del sábado 12 de junio, su vida terminó de forma trágica cuando un hombre armado le disparó a quemarropa.

El joven estaba sentado en la banqueta, afuera de la vivienda donde se celebraba la fiesta, cuando un sujeto vestido de negro y con una máscara de calavera se le acercó y le disparó en varias ocasiones en el pecho y el cuello.

El agresor huyó corriendo hacia un cerro cercano, sin que nadie pudiera detenerlo o identificarlo. El padre del joven, conocido como el payasito Garritas, salió de la vivienda al escuchar los disparos y encontró a su hijo malherido.

Paramédicos llegaron al lugar y confirmaron el deceso del menor, que presentaba al menos cuatro impactos de bala. Peritos de la Fiscalía General del Estado recogieron los casquillos percutidos y realizaron las diligencias correspondientes.

Hasta el momento se desconoce el móvil del crimen y la identidad del responsable. La Fiscalía inició una carpeta de investigación por el delito de homicidio calificado.

Desgracia en la familia

La familia del joven exige justicia y clama por el fin de la violencia que azota a Tijuana. Según sus allegados, Osvaldo Abdiel era un estudiante aplicado y no tenía problemas con nadie. Su sueño era ser ingeniero mecánico.

Su padre, el payaso Garritas, lleva más de 20 años dedicado al entretenimiento infantil. Su trabajo lo ha llevado a recorrer diversas colonias de la ciudad, donde ha mostrado su show a muchos niños.

Este caso se suma a los cientos de asesinatos que se registran cada año en Tijuana, donde la violencia no cesa y suma 857 víctimas mortales en lo que va del año. Entre las principales causas se encuentran las disputas entre grupos criminales por el control del territorio y el tráfico de drogas.

Te puede interesar:Bombero de Nueva York se ahoga al socorrer a su hija arrastrada por una corriente