Michoacán se encuentra nuevamente de luto tras el violento asesinato del director de la policía municipal de Contepec, Héctor Alejandro G. P. El pasado domingo, un grupo armado secuestró al mando policial en su propio domicilio ubicado en Zamora, para luego quitarle la vida a sangre fría.
La Fiscalía General del Estado (FGE) confirmó el trágico suceso que ha conmocionado a la región. Héctor, de 35 años, fue sorprendido por un comando armado alrededor de las 3:00 de la mañana del domingo, momento en el que fue secuestrado.
El director de la policía de Contepec no tuvo oportunidad de defenderse y fue cruelmente asesinado a balazos. Su cuerpo sin vida fue encontrado en el cruce de las calles Cerro de Tancítaro y Lázaro Cárdenas, en la colonia Valle Dorado de Zamora.
Las autoridades de la FGE ya iniciaron una exhaustiva investigación para esclarecer este terrible crimen. La principal hipótesis que se maneja hasta el momento es una posible venganza del crimen organizado. No es la primera vez que Michoacán sufre este tipo de ataques, dado que en la zona operan diversos grupos criminales, como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cárteles Unidos (Los Viagras) y Los Caballeros Templarios.
Además del trágico homicidio, el grupo armado también robó una camioneta perteneciente a la víctima. Se trata de una Honda CR-V, modelo 2011, de color negro y con placas de circulación NWC-48-52 del Estado de México.
Es importante recordar que Contepec ya había sido escenario de otro acto de violencia reciente. El pasado 5 de febrero de este año, el alcalde Enrique Velázquez Orozco, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), fue secuestrado y asesinado en el municipio que colinda con el Estado de México y Querétaro. Tras este atroz crimen, el Congreso del Estado designó al también priista Israel Luna García como alcalde sustituto.
La situación en Michoacán es alarmante. La sangrienta ola de violencia no parece tener fin, y es urgente que las autoridades tomen medidas efectivas para garantizar la seguridad de los ciudadanos y frenar el poderío del crimen organizado.