La cámara de diputados aprobó hoy la llamada «supremacía constitucional» con los votos de Morena y sus aliados, tras un intenso debate que duró más de diez horas.
La reforma modifica los artículos 105 y 107 de la Constitución para establecer la improcedencia del juicio de amparo contra adiciones o reformas constitucionales, así como anular las controversias o acciones de inconstitucionalidad.
El debate se intensificó tras la presentación de cerca de 300 reservas al dictamen, ninguna de las cuales fue aceptada a discusión.
La iniciativa fue avalada por 343 votos a favor y 129 en contra, lo que generó fuertes críticas de la oposición, que calificó la enmienda como el inicio de una «dictadura«.
En su defensa, los partidos mayoritarios argumentaron que la reforma busca llevar a la Carta Magna lo establecido en el artículo 61 de la Ley de Amparo.
La morenista Olga Sánchez Cordero, ministra en retiro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, destacó que la enmienda rescata el poder soberano del pueblo y apoya la capacidad de definir su futuro, sin atentar contra los derechos humanos.
Sin embargo, la oposición, encabezada por la panista Annia Sarahí Gómez Cárdenas, denunció que la «supremacía constitucional» significa la muerte de la república.
Panistas de «luto»
Los legisladores blanquiazules vistieron de negro y mostraron veladoras y lápidas de utilería en señal de duelo por lo que consideran una regresión histórica.
El discurso de la oposición se enriqueció con referencias cinematográficas, como la película «La Ley de Herodes», utilizada tanto por la panista Gómez Cárdenas como por el emecista Sergio Gil Rullan.
Ambos alertaron sobre los posibles riesgos de la reforma, que podría conducir al país hacia un régimen totalitario y poner en peligro las aspiraciones democráticas.
Ante la controversia, la Mesa Directiva citó a una sesión extraordinaria para hacer la declaratoria de constitucionalidad de la enmienda, antes de la discusión en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
A pesar de las críticas y el intenso debate, la reforma de «supremacía constitucional» fue enviada a las legislaturas estatales para su ratificación.
En medio de la polémica, la Cámara de Diputados se convirtió en un escenario de confrontación entre la mayoría y la oposición, con fuertes acusaciones y advertencias sobre las posibles consecuencias de la reforma.
A pesar de las diferencias, el debate continuará en el ámbito legislativo y judicial, marcado por la tensión y la incertidumbre sobre el futuro de la democracia en México.