Las comisiones unidas de Puntos Constitucionales, Agricultura y Estudios Legislativos del Senado de la República han aprobado la reforma de los artículos 4 y 27 constitucionales con el objetivo de proteger el maíz mexicano y garantizar su cultivo libre de transgénicos.

Con 28 votos a favor, cuatro en contra y una abstención, se ha logrado avanzar en la definición del maíz como un elemento de identidad nacional. Esta reforma establece que el maíz es un alimento básico del pueblo de México, siendo la base de la existencia de los pueblos indígenas y afromexicanos.

Además, se garantiza la independencia respecto a la propiedad de sus semillas y base de su alimentación, en este sentido, se ha establecido que el cultivo del maíz en el territorio nacional debe ser libre de modificaciones genéticas, evitando la contaminación genética de los acervos genéticos nacionales y la dependencia de semillas o patentes producidas por empresas trasnacionales.

El dictamen aprobado señala que cualquier uso de maíz genéticamente modificado debe ser evaluado en términos legales para garantizar la bioseguridad, la salud y el patrimonio biocultural de México y su población.

Se busca así asegurar el principio precautorio, la riqueza biológica y evitar la irreversibilidad de los procesos genéticos no naturales. Esta reforma constitucional ha generado diferentes opiniones entre los sectores vinculados a la agricultura en México.

Mientras algunos la aplauden como una medida necesaria para proteger la biodiversidad y la soberanía alimentaria del país, otros la critican argumentando posibles impactos en la competitividad de la industria agrícola mexicana.

Es importante destacar que la discusión sobre el uso de transgénicos en la agricultura sigue siendo un tema de debate a nivel mundial, con posturas encontradas en cuanto a sus beneficios y riesgos. Sin embargo, la protección del maíz nativo de México como patrimonio cultural y biológico ha sido una prioridad para las autoridades.

Con esta reforma, se busca reafirmar el compromiso del país con la conservación de sus recursos naturales y con el respeto a la diversidad biológica y cultural. El maíz, como uno de los productos agrícolas más importantes en la historia de México, merece ser protegido y promovido como parte fundamental de la identidad nacional.

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