Los integrantes del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) renunciaron al cargo que el Senado de la República les confirió, argumentando que la presidenta de la CNDH, María del Rosario Piedra Ibarra, los obstaculizó e ignoró.

Contenido de la carta

En una carta dirigida a la presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Ana Lilia Rivera, y a la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Kenia López Rabadán, los consejeros expresaron su inconformidad con la gestión de Piedra Ibarra, a quien acusaron de desatender sus recomendaciones, emitir posicionamientos públicos contrarios a los derechos humanos y utilizar los recursos y medios de la CNDH para amenazar y calumniar a personas integrantes del Consejo.

Los consejeros señalaron que desde el inicio de su encomienda, han tratado de aplicar lo que dice la ley en la materia que les otorga la atribución de “establecer los lineamientos generales de actuación de la Comisión Nacional”. Sin embargo, manifestaron que no han podido mediar ni razonar con la presidenta de la CNDH, prácticamente en ninguna de las actuaciones que ha llevado a cabo.

Entre los casos extremos que mencionaron, destacaron la no emisión de recomendaciones generales, “que pareciera haber sido para no incorporar nuestras observaciones, así como la publicación de posicionamientos públicos sobre los derechos humanos donde la Presidenta decide manifestarse exactamente en sentido contrario a lo unánimemente aconsejado o incluso, desatender resoluciones adoptadas por la mayoría del Consejo,en asuntos de su competencia exclusiva”.

Los consejeros también afirmaron que no reciben salario ni remuneración económica ni en especie alguna por su labor dentro del Consejo Consultivo, y que han pagado su propia transportación local, nacional o internacional para asistir a las reuniones ordinarias y extraordinarias. Añadieron que lo han hecho por el honor, la responsabilidad y el compromiso personal de servir a la causa de los derechos humanos de las víctimas en México.

Falta de autonomía de la CNDH

Finalmente, los consejeros indicaron que un órgano que debiera ser autónomo como la CNDH “parece atender a intereses diversos a los de la defensa y protección de los derechos humanos, razón por la cual es que, ante los múltiples obstáculos que nos impidieron cumplir prácticamente con la noble función que nos encomendaron y considerando que nuestra presencia solo legitima algunas arbitrariedades, interpretaciones sesgadas y decisiones unilaterales de la Presidenta de la CNDH, renunciamos de manera unánime a este honroso encargo”.

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