El crimen organizado, servidores públicos y actores privados conforman la tríada de responsables de los ataques y asesinatos contra periodistas en Veracruz, según un informe presentado por la organización Artículo 19. En el periodismo mexicano, Veracruz ha sido uno de los estados más afectados por la violencia, y este informe revela detalles alarmantes sobre los responsables de estos actos.

Bajo el título «Veracruz de los silencios», el informe de Artículo 19 analiza el periodo comprendido entre 2010 y 2016, cuando México tuvo el mayor número de periodistas asesinados en el mundo. Durante este lapso, Javier Duarte era el gobernador de Veracruz, y ahora se encuentra en prisión por corrupción y desaparición forzada.

La investigación se enfocó en tres momentos clave

La desaparición de periodistas, su muerte y el hallazgo de sus cuerpos. Los resultados revelaron que el 65% de los periodistas desaparecieron en la vía pública, y un 75% había recibido amenazas recientes. Además, todas las desapariciones ocurrieron como resultado de agresiones grupales por parte de comandos.

En cuanto a los cuerpos de los periodistas asesinados, un escalofriante 88% de estos fueron expuestos en la vía pública. Ciudades como Boca del Río, Xalapa, Poza Rica, Tierra Blanca y Veracruz concentraron el mayor número de asesinatos y desapariciones.

Aunque se realizaron detenciones en 15 de los 20 casos, el informe destaca que en 11 de estas detenciones los sospechosos confesaron bajo tortura. «Siempre está presente un responsable del crimen organizado, pero también hay actores y autores, esa es la diferencia en el sector público y el privado, tuvimos una mirada macro criminal», afirmó Artículo 19.

Ciento de fuentes, un resultado

El informe se basa en una extensa investigación que incluyó más de 350 fuentes documentales y más de 30 fuentes vivas. Sin embargo, la organización reconoció que existe un gran silencio en algunas fuentes, especialmente en las provenientes del gobierno y de los propios medios de comunicación.

Algunos de los entrevistados incluso aseguraron que la violencia comenzó en las redacciones. El análisis reveló que los dueños, accionistas y administradores de los medios tenían vínculos políticos, siendo diputados, alcaldes y empresarios que mantenían alianzas con ciertos sectores políticos.