La Fiscalía General de la República (FGR) abrió una carpeta de investigación tras el decomiso de aproximadamente 60 toneladas de precursores químicos en Álamos, Sonora. Este impresionante aseguramiento fue realizado por elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), y representa un golpe significativo al narcotráfico en la región.

Según la carpeta de investigación del Ministerio Público de la Federación (MPF), durante recorridos de reconocimiento en Álamos, las fuerzas militares y la Guardia Nacional localizaron un área de dos mil 500 metros cuadrados, ubicada a diez kilómetros al noroeste del poblado de Mojarit. Esta área estaba dividida en tres secciones, donde se encontró el gran decomiso de precursores químicos.

Una vez asegurado el sitio y lo decomisado, el Ministerio Público Federal (MPF) y personal de Servicios Periciales se hicieron cargo de la inspección, procesamiento e investigación. En el lugar, fue encontrada una inmensa cantidad de evidencia, incluyendo más de 300 tambores con capacidad de 200 litros cada uno.

Así como líquidos, sustancias en sacos y cajas, tanques de gas estacionario, costales de 25 kilogramos, plantas industriales de energía eléctrica, depósitos de agua con mangueras conectadas, una retroexcavadora, una pipa de gas natural y varios hornos de gas.

El Ministerio Público Federal (MPF) ha asumido la responsabilidad del aseguramiento. Además, continúa la integración de la carpeta de investigación por la probable comisión de los delitos de contra la salud y delincuencia organizada.

Los precursores químicos son fundamentales para la producción de narcóticos o psicotrópicos. Lo anterior debido a que incorporan su estructura molecular, según informa la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Este importante decomiso tuvo lugar en un narcolaboratorio el pasado 20 de diciembre. Las autoridades de los tres niveles de gobierno compartieron imágenes que revelan la gran capacidad de este laboratorio clandestino.

Los tanques de almacenamiento, la cantidad de tambores y todo lo necesario para la producción de drogas sintéticas como metanfetamina y fentanilo, muestran la magnitud de esta operación criminal.

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