No se puede negar que la vida es impredecible y, la mayoría de las veces, nos vemos obligados a hacer un cambio para el que realmente no nos preparamos o esperábamos. Perdemos trabajos, perdemos personas, nos mudamos a otro país o nos encontramos en circunstancias desfavorables que no nos enseñaron a manejar.

Estas cosas te obligan a cambiar algo que no estabas listo para cambiar, ya sea en tu vida o en ti mismo.

El cambio es un concepto aterrador; especialmente cuando eres el tipo de persona que prospera en su zona de confort o cuando las cosas son estables y claras.

El cambio también te presiona para superar ciertos miedos o inseguridades, algo que todos tememos hacer, pero la verdad es que la única forma de aceptar la vida es aceptar el cambio. La única forma de protegerte de los giros y vueltas del destino es dominar el arte de cambiar y adaptarte a las nuevas condiciones con las que te ves obligado a vivir.

Y el cambio no siempre es algo malo, a veces el cambio te permite liberarte de situaciones tóxicas o circunstancias difíciles. A veces, el cambio parece aterrador al principio, pero una vez que te sumerges profundamente en él, se vuelve más fácil de navegar, más fácil de abrazar y más fácil de aceptar.

A veces, el cambio es exactamente lo que necesitas para crecer y brillar, a veces es el regalo que no sabías que necesitabas, incluso si se siente como la mayor maldición.

Porque incluso si el cambio es aterrador, hay algo bueno en él, puedes borrar parte de tu pasado y comenzar a construir un nuevo futuro. Tienes la oportunidad de cambiar una parte de ti que te detuvo durante tantos años y tienes la oportunidad de ser quien realmente siempre quisiste ser.

La vida trae mucha incertidumbre y si eres el tipo de persona que no puede aceptar eso, tus luchas en la vida serán mucho más que tus alegrías. Si no cambias para adaptarte a ciertas situaciones o si no cambias para liberarte de una vida que te hace infeliz, siempre estarás estancado e inconsciente del poder que tienes para cambiar tu vida a mejor. o cambiarte a ti mismo para mejor.