El invierno no detiene el sueño de los migrantes que viajan en trenes de carga hacia la frontera, en busca de una vida mejor. El frío extremo y los vientos fuertes hacen que el tramo entre Villa Ahumada y el desierto de Samalayuca sea uno de los más difíciles de superar para quienes aspiran a llegar a Ciudad Juárez.

Los efectos del frío en la salud de los migrantes

Las condiciones climáticas adversas han afectado la salud de los migrantes, especialmente de los más vulnerables, como los niños. Entre los menores de edad, son frecuentes los problemas respiratorios y estomacales, como infecciones y enfermedades diarreicas. Los adultos también padecen una serie de dolencias que van desde problemas intestinales y bucales, hasta trastornos de ansiedad, reacciones alérgicas, heridas de arma blanca, fracturas y dolores crónicos de tórax, lumbares y articulaciones, según informes de la Secretaría de Salud.

El flujo no se detiene

A pesar de las dificultades y el frío intenso, el flujo de migrantes no se detiene. Hasta la fecha, se han atendido un total de tres mil 644 migrantes en lo que va del año, de los cuales dos mil 16 son mujeres y mil 628 son hombres. De ellos, 715 han requerido atención médica debido a problemas respiratorios.

El flujo migratorio sigue siendo un desafío para las autoridades mexicanas y estadounidenses, quienes buscan controlar y regular esta situación. Mientras tanto, los migrantes siguen luchando contra el frío y las dificultades, en busca de una vida digna y segura en el país vecino.

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