El 4 de diciembre de 2023, el Gobierno de los Estados Unidos anunció la suspensión temporal del cruce fronterizo entre Lukeville, Arizona, y Sonoyta, Sonora, en respuesta al creciente flujo de migrantes.

La medida fue comunicada por Guadalupe H. Ramírez, director de Operaciones de Campo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), a través de redes sociales desde el 1 de diciembre. Según Ramírez, los viajeros pueden optar por cruzar hacia o desde los EE. UU. a través de los puertos de entrada de Nogales o San Luis.

Esta decisión ha generado una respuesta inmediata por parte de las autoridades mexicanas, lideradas por el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo. En un llamado urgente, Durazo expresó su preocupación por el impacto negativo en las relaciones comerciales, turísticas y sociales entre ambas naciones y presentó una solicitud diplomática para revertir la decisión de cierre.

Durazo subrayó que el cierre podría encarecer las transacciones comerciales, alargando los viajes de importación y exportación. Además, destacó que el flujo de turistas desde la Costa Oeste de Estados Unidos hacia destinos de playa en Sonora, como Puerto Peñasco, San Carlos y Bahía de Kino, se verá afectado, generando consecuencias económicas significativas en la región.

El cierre del cruce también ha suscitado preocupaciones sobre la seguridad en la región desértica entre Sonora y Arizona, que históricamente propensa el tráfico de personas y drogas. La peligrosidad del viaje migratorio hacia Estados Unidos se intensifica en esta área, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la efectividad de la medida en abordar la complejidad del problema migratorio.

El gobernador Durazo enfatizó que, si bien el tema migratorio es complejo, cerrar los cruces fronterizos no es la solución. Sonora ha destinado recursos económicos y humanos sin precedentes para abordar la movilidad de personas de manera humanitaria. Actualmente, la región enfrenta la presencia de miles de migrantes centroamericanos, junto con flujos significativos de indocumentados provenientes de África y Asia.

En la región fronteriza entre Sonoyta y Lukeville, aproximadamente mil personas esperan ser procesadas por el CBP para solicitar asilo humanitario en los Estados Unidos. Este flujo diverso de migrantes resalta la complejidad y la diversidad de las situaciones que enfrentan las autoridades y agencias migratorias en la frontera.

El cierre temporal del cruce fronterizo entre Lukeville y Sonoyta plantea desafíos significativos para ambas naciones, no solo en términos de relaciones diplomáticas, sino también en el ámbito económico y social. La llamada a la reapertura del gobernador Durazo resuena como un recordatorio de la importancia de abordar los desafíos migratorios de manera integral, considerando no solo la seguridad, sino también el impacto en las comunidades y la economía regional.

A medida que las negociaciones diplomáticas avanzan, la región observa con atención las próximas acciones de ambas naciones en busca de una solución que equilibre la seguridad fronteriza con la necesidad de mantener relaciones positivas y prósperas.

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