El embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma, afirmó el viernes que ciudadanos estadounidenses transportan el 85% del fentanilo incautado en la frontera entre ambos países, y no migrantes, como se suele creer.Moctezuma destacó que la responsabilidad de combatir el problema del fentanilo, un opioide sintético muy potente y letal, es compartida por las dos naciones.

El diplomático mexicano hizo estas declaraciones en una rueda de prensa en Washington, junto al embajador estadounidense en México, Ken Salazar, quien reconoció que el fentanilo es un “problema muy difícil” para su país y que se necesita la colaboración de China, de donde provienen la mayoría de los precursores químicos para fabricar esta droga.

Moctezuma defendió el trabajo que ha hecho México para frenar la producción y el tráfico de fentanilo, como el control militar de los puertos y los pasos terrestres, y la destrucción de más de mil laboratorios clandestinos. Asimismo, recordó la carta que envió el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, al mandatario chino, Xi Jinping, pidiéndole una mayor cooperación para evitar el ingreso de los precursores a su territorio.

El gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, ha declarado la guerra al fentanilo, que causó la muerte de decenas de miles de personas en Estados Unidos el año pasado

Sin embargo, algunos sectores políticos y mediáticos han culpado a México y a los cárteles de la droga mexicanos de ser los principales responsables de esta crisis sanitaria.

Según un estudio del CATO Institute, el 86.3% de los traficantes de fentanilo condenados en Estados Unidos en 2021 eran ciudadanos estadounidenses, que están sujetos a menos controles en la frontera o en el interior de los vehículos. Esto contradice la narrativa de que son los migrantes los que introducen esta sustancia en el país vecino.

Salazar también se refirió al tema del tráfico de armas desde Estados Unidos hacia México, que alimenta la violencia y la inseguridad en el país latinoamericano. El embajador estadounidense aseguró que su gobierno está tomando medidas históricas para combatir este fenómeno y que considera un “crimen grave” el tráfico de armamento.

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