En los últimos meses, un estudio reciente publicado por la revista American Journal of Primatology ha revelado que el 31% de la población de mono saraguato en México ha perdido la vida a causa de las olas de calor extremo que han azotado el país, provocando sequías, incendios forestales y empobrecimiento de su hábitat.

La especie alouatta palliata mexicana, conocida por su resiliencia para adaptarse a nuevas condiciones en su entorno, se vio gravemente afectada por el golpe de calor, que se convirtió en la principal causa de muerte junto con los incendios forestales.

A pesar de los esfuerzos de comunidades locales, organizaciones no gubernamentales, científicos y funcionarios de gobierno para rescatar y ayudar a los monos, la hidratación limitada y la falta de diversidad dietética en los hábitats perturbados resultaron en un número alarmante de decesos.

Según la ONG Conservación de la Biodiversidad del Usumacinta A.C. (COBIUS A.C.), la mayoría de los fallecimientos de monos saraguatos ocurrieron en Tabasco, específicamente en los municipios de Comalcalco, Cunduacán, Jalpa de Méndez, Paraíso y Cárdenas.

De una población estimada en 961 ejemplares, tan solo sobrevivieron 635.

Ante esta situación crítica, la American Journal of Primatology ha instado a desarrollar planes de acción urgentes para atender y prevenir futuras crisis.

Se resalta la necesidad de establecer infraestructura para cuidar a los primates, elaborar protocolos de respuesta rápida, fomentar la colaboración entre el gobierno, la comunidad científica y las ONG, así como llevar a cabo investigaciones específicas sobre los impactos del cambio climático y el monitoreo a largo plazo de la salud de la especie.

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