La extorsión se ha posicionado como uno de los delitos de mayor crecimiento en México, con un crecimiento constante en los últimos años según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. A pesar de esto, la realidad es que la extorsión es uno de los delitos que en menor medida se denuncian en el país, lo que genera una cifra negra alarmante.
De acuerdo con las estadísticas, la tasa de extorsiones por cada 100 mil habitantes ha ido en aumento de manera sostenida desde el 2015. En el año 2023, se estimó un total de 31.28 millones de delitos cometidos, sin embargo, solo se denunciaron 6,074 delitos diariamente.
Del total de delitos, 4.9 millones corresponden a casos de extorsión, concentrando el 15.66% de los delitos diarios en México. Entre los años 2015 y 2018, la tasa promedio de extorsiones fue de 5 casos por cada 100 mil personas.
Mientras que para el periodo 2019-2023, la tasa promedio se incrementó a 6.8 casos por cada 100 mil habitantes. Las entidades con los peores promedios de tasas de extorsión son Baja California Sur, Estado de México, Zacatecas, Colima, Nuevo León, entre otros, con cifras que superan los 6 casos por cada 100 mil personas.
Grupos de delincuencia organizada
La extorsión es un delito perpetrado principalmente por grupos de delincuencia organizada, que cuentan con la infraestructura necesaria para llevar a cabo llamadas telefónicas, hackeo de celulares y suplantación de identidades en redes sociales.
La falta de una adecuada política de prevención, investigación y sanción de este delito por parte de las autoridades ha permitido que la extorsión se convierta en un delito lucrativo con un crecimiento exponencial en el número de víctimas y en las ganancias ilegales obtenidas.
La realidad es que no solo es un desafío para las autoridades perseguir a los delincuentes, sino también para la población, que muchas veces desconoce cómo actuar frente a una situación de extorsión.
La falta de denuncias, sumada a la cantidad de casos no reportados, hace que la cifra negra en este tipo de delitos sea alarmante, situándola junto al fraude como una de las formas delincuenciales menos denunciadas y sancionadas en el país.
De esta manera, la extorsión se ha convertido en un problema grave en México, con un crecimiento constante y una cifra negra que revela la falta de confianza tanto en las autoridades como en los mecanismos de denuncia.