México podría tener por primera vez en su historia una mujer al frente del Ejecutivo en las elecciones de 2024, un escenario que genera esperanza y expectativa entre diversas organizaciones y activistas feministas que buscan impulsar una agenda de derechos humanos de las mujeres.

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez son las dos principales contendientes. El bloque oficialista de Morena, Partido del Trabajo y Partido Verde eligió a Sheinbaum como su candidata, y el actual presidente Andrés Manuel López Obrador la respalda. Gálvez sorprendió al obtener el apoyo de los partidos que conforman la coalición Frente Amplio por México, integrada por los partidos tradicionales PAN, PRI y PRD.

Ambas aspirantes representan visiones opuestas en algunos aspectos, como la continuidad o la ruptura con las políticas y enfoques del gobierno actual, conocido como la “Cuarta Transformación”. Sin embargo, también comparten el mérito de haberse abierto paso en un sistema político dominado por hombres y de haber enfrentado diversos obstáculos y discriminaciones por su condición de género.

Un paso más para las mujeres mexicanas

“Que hoy tengamos la posibilidad de que en 2024 la próxima presidenta de México sea mujer es altamente esperanzador”, dijo la senadora Kenia López Rabadán, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado de México, durante el “Encuentro Nacional de Mujeres” que se realizó este viernes para elaborar una agenda política, legislativa y de gobierno.

La legisladora señaló que el hecho de que las dos candidatas sean mujeres es resultado del trabajo de otras mujeres que han luchado por sus derechos y por su participación en el espacio público. “Es cierto que, si llega una, llegamos todas. Porque es cierto que en 2024 México tendrá a una mujer presidenta”, insistió.

En el evento, al que asistieron más de 80 organizaciones feministas de todo el país, se abordaron temas como el derecho a la salud, a la educación, al trabajo digno y libre de prejuicios, el sistema de cuidados, la violencia contra las mujeres, el acceso a la justicia y la representación política de las mujeres en la toma de decisiones.

Estos temas también han sido parte de las propuestas de las dos aspirantes presidenciales. Sheinbaum ha destacado su gestión como jefa de gobierno de Ciudad de México, donde impulsó programas sociales, ambientales y educativos, así como medidas para combatir la violencia machista y garantizar el derecho al aborto legal. Gálvez ha enfatizado su experiencia como senadora y como delegada en Miguel Hidalgo, donde promovió iniciativas para mejorar la infraestructura urbana, apoyar a las trabajadoras domésticas y fomentar la participación ciudadana.

El experto en comunicación política Luis Antonio Espino coincide en que se trata de un hito sin precedentes para el país. “Ambas tuvieron que enfrentar y derrotar un sistema hecho por y para hombres. Que dos mujeres se hayan abierto camino en este deporte de contacto tan rudo como es la política mexicana tiene un gran mérito que hay que valorar”, afirmó.

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