El pasado 19 de julio, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exlíder del Cártel de Sinaloa, cumplió cinco años de reclusión en ADX Florence, una prisión federal de máxima seguridad ubicada en Colorado, Estados Unidos. En dicha prisión, Guzmán vive bajo condiciones sumamente estrictas de confinamiento, sin tener permiso para hablar con otros reclusos o sus familiares.
La abogada de Guzmán Loera e íntima amiga de Emma Coronel, Mariel Colón Miró, reveló en una entrevista con el diario Milenio que, a cinco años de su traslado al ‘Alcatraz de las Rocosas’, el narcotraficante vive una vida solitaria y triste.
“Imagínate: ¿Cómo se puede sentir un humano viviendo bajo confinamiento en un cuarto que tiene 8 pies de ancho por 8 pies de largo, encerrado las 24 horas del día, 7 días a la semana, sin poder hablar con otras personas?”, declaró Colón.
Colón lamentó las condiciones de reclusión de su cliente, describiendo un confinamiento constante en un espacio reducido sin la posibilidad de interactuar con otras personas. “Él no puede hablar con otros presos, no puede tomar clases, no puede ver a su esposa, a nadie de su familia”, señaló la abogada.
Colón es la única persona autorizada para visitar a Guzmán cada 15 días, siendo la única conexión del ex capo con el exterior. Dos veces al año, Colón lleva de visitas a las gemelas de ‘El Chapo’, Emaly y María Joaquina, quienes viven junto a Emma Coronel.
A diferencia de sus estancias en prisiones anteriores en México, ‘El Chapo’ no tiene permitido realizar actividades extracurriculares en la prisión en Estados Unidos. Su única distracción es un televisor con contenido limitado, a través del cual se enteró de la trágica muerte de su madre, María Consuelo Loera Pérez.
El ex líder del Cártel de Sinaloa fue sentenciado en 2019 a cadena perpetua más 30 años de prisión por un juez federal, además de tener que pagar una multa de 12 mil 600 millones de dólares.
Durante su tiempo en prisión, ‘El Chapo’ ha denunciado un trato “cruel e injusto”, esto le ha provocado dolores de cabeza, pérdida de la memoria, dolores musculares, estrés y depresión. A pesar de las quejas, ninguna de sus peticiones ha sido atendida para mejorar sus condiciones de vida al interior de la prisión.
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