En un año marcado por la crisis migratoria a nivel global, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) reveló cifras alarmantes: en 2023 más de 8 mil personas perdieron la vida en rutas migratorias alrededor del mundo, convirtiéndolo en el año más mortífero desde que se empezaron a recopilar registros hace una década.

El informe publicado por la OIM señala que el año pasado cerró con un total de 8,565 fallecidos, lo que representa un aumento del 20% en comparación con el año anterior (2022). Estas cifras, sin embargo, son aproximadas, ya que la agencia reconoce que miles de personas desaparecen sin dejar rastro, tanto en tierra como en el mar.

Más del 50% de las muertes en 2023 fueron causadas por ahogamiento, mientras que el 9% se debió a accidentes de tráfico y un 7% a actos de violencia, según el informe. En comparación con el año 2022, el número de fallecidos en rutas migratorias aumentó en un 20%.

La ruta del Mediterráneo continúa siendo la más mortífera, con 3,129 fallecidos, siendo esta la cifra más alta desde 2017. Sin embargo, las estadísticas también han empeorado en Asia, con 2,138 casos, incluyendo a cientos de refugiados afganos y rohingyas. África acumuló un total de 1,866 fallecidos, principalmente debido a la travesía por el desierto del Sáhara y la ruta marítima hacia las Islas Canarias.

Desde la creación del Proyecto de Migrantes Desaparecidos en 2014, la OIM ha registrado más de 63,000 muertes en todo el mundo. La agencia insta a la implementación de medidas políticas que garanticen rutas y métodos seguros para que las personas que necesitan moverse a otro país lo hagan de manera segura.

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