El Gobierno mexicano lleva a cabo operativos en Ciudad Juárez para evitar que los migrantes lleguen a la frontera con Estados Unidos, lo que ha resultado en la desaparición de los campamentos de miles de migrantes en la ciudad. Sin embargo, activistas de la zona denuncian que estos operativos violan los derechos humanos de los extranjeros.
En los últimos meses, el bordo del río Bravo en Ciudad Juárez había sido el hogar de más de mil migrantes que instalaban campamentos en la zona. Sin embargo, en la actualidad, el lugar se encuentra vacío debido a las patrullas del Instituto Nacional de Migración (INM) que constantemente circulan por la zona.
Estos operativos incluyen bajar a los migrantes del tren conocido como «La Bestia» antes de que puedan llegar a la frontera, así como correrlos del bordo del río Bravo. Sin embargo, los activistas han cuestionado estas acciones, afirmando que atentan contra los derechos humanos de las personas en tránsito.
Rosa Mani Arias, representante de la organización promigrantes Abara, denunció que muchas de estas personas llegan lastimadas y sin acceso a atención médica. Además, destacó que no se les brinda ninguna atención ni contención adecuada.
Por su parte, Francisco Garduño, titular del INM, señaló que gracias a estos operativos, la presencia de migrantes en Juárez ha disminuido y que el INM mantendrá un albergue cercano al Ayuntamiento para atender a aquellos que sigan llegando.
A pesar de estos esfuerzos del Gobierno, surgen interrogantes sobre si existe un plan a largo plazo para abordar la problemática de la migración. El padre Francisco Bueno Guillén enfatizó que aún siguen saliendo caravanas de migrantes cada dos o tres meses, y que muchas veces estas personas no llegan a la frontera norte del país, sino que se quedan en lugares desconocidos.