Las movilizaciones por el 8M en Zacatecas y Nuevo León terminaron a golpes y uso de gases lacrimógenos por parte de la policía, en tanto, en Guanajuato las manifestantes prendieron fuego a las puertas del histórico Teatro Juárez.

En Zacatecas, al menos 18 personas, incluidos cinco periodistas, fueron detenidas por la policía estatal al final de la marcha en contra de la violencia hacia las mujeres. Agentes de seguridad lanzaron gases lacrimógenos y polvo de extintor a las manifestantes en el Centro Histórico de la Ciudad, generando caos y confusión entre las personas presentes.

Videos y fotografías muestran cómo las manifestantes fueron arrastradas y golpeadas por los policías, quienes también utilizaron extintores para dispersar a quienes intentaban pedir la liberación de los detenidos.

Golpes y empujones en Nuevo León

Por otro lado, en Nuevo León, las cosas no fueron diferentes. Manifestantes y policías de Fuerza Civil se vieron envueltos en enfrentamientos que incluyeron golpes y empujones. El contingente de mujeres marchó durante más de dos horas en demanda de la eliminación de la violencia contra la mujer, intentando sobrepasar el blindaje colocado alrededor del Palacio de Gobierno.

Entre consignas y reclamos, se escuchaban gritos dirigidos hacia la esposa del gobernador Samuel García, señalando su supuesta complicidad con los privilegios en el poder. La tensión se hizo palpable en las calles de Monterrey, donde la violencia y la represión policial empañaron la jornada de lucha y reivindicación.

Manifestaciones en Guanajuato

Mientras tanto, en Guanajuato, las manifestaciones también tuvieron su dosis de violencia. En el marco de la movilización del 8M, manifestantes prendieron latas con gasolina en la entrada del emblemático Teatro Juárez, sin que se reporten personas heridas. Incidentes menores también se registraron en otras ciudades de Guanajuato, como Irapuato y León, donde piedras, cartulinas incendiadas y pancartas fueron utilizadas como formas de protesta.

Más de 10 mil mujeres salieron a las calles de varias ciudades guanajuatenses para participar en las marchas feministas, vistiendo morado y portando consignas que visibilizaban la violencia de género. A pesar de la violencia y la represión, las mujeres no se amedrentaron y continuaron levantando la voz en un acto de sororidad y resistencia.

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