La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo, ha enfatizado en varias ocasiones la importancia de “pedir perdón” como un acto que engrandece a los pueblos y naciones. Durante un evento reciente en el que acompañó al presidente Andrés Manuel López Obrador, Sheinbaum se dirigió a los representantes de los ocho pueblos Yaquis, subrayando que este gesto no solo es un reconocimiento de los excesos del pasado, sino también una forma de asegurar que las atrocidades cometidas no sean olvidadas.

En su discurso, Sheinbaum destacó que “nosotros no olvidamos lo que sucedió con sus ancestros”, refiriéndose a las injusticias sufridas por el pueblo Yaqui a lo largo de la historia. Este reconocimiento se enmarca en el contexto del Plan de Justicia para el Yaqui, una iniciativa del actual gobierno que busca reparar el daño causado por administraciones anteriores. “Ese perdón lo que significó fue reconocer las atrocidades contra el pueblo Yaqui”, afirmó, dejando claro que estas acciones no son responsabilidad del gobierno actual, sino de aquellos que intentaron erradicar a este pueblo indígena.

Sheinbaum utilizó esta plataforma para reiterar que “el perdón engrandece a los pueblos»

La futura presidenta también hizo hincapié en la relevancia de este mensaje en un contexto internacional. En medio de la controversia con España por la no invitación del rey Felipe VI a su toma de protesta, Sheinbaum utilizó esta plataforma para reiterar que “el perdón engrandece a los pueblos, el perdón engrandece a las naciones, el perdón engrandece a las personas”. Este enfoque busca no solo sanar heridas históricas en México, sino también enviar un mensaje claro al mundo sobre la importancia de la memoria y la reconciliación.

Sheinbaum se comprometió a regresar a Vicam Pueblo como presidenta para dar continuidad al Plan de Justicia para el Pueblo Yaqui. Este compromiso refleja su intención de trabajar estrechamente con las comunidades indígenas y garantizar que sus voces sean escuchadas en el ámbito nacional. Al afirmar “un nunca más”, Sheinbaum busca establecer una nueva relación entre el gobierno y los pueblos originarios, basada en el respeto y la dignidad.