De acuerdo a la Ley Federal del Trabajo (LFT) de México, establece lineamientos sobre cómo debe ser considerada la hora de comida, mencionando que no debe implicar una carga extra de trabajo ni para el trabajador como para la empresa, además de que explica si debe ser implementada dentro o fuera de la jornada laboral.

En México, la hora de comida se considera un derecho laboral indispensable en el horario de trabajo y la gestión adecuada de este tiempo es importante para cualquiera de las partes involucradas.

Por tal razón, el artículo 423 de la LFT especifica que las empresas deben establecer un horario con tiempo de entrada/salida y determinar horario de comida de acuerdo a la flexibilidad de la empresa de elegir el tiempo, siempre y cuando no se violen los límites establecidos por la ley, los cuales dependen de la duración de la jornada laboral que son la siguientes.

• Jornada diurna: máximo de ocho horas
• Jornada nocturna: máximo de siete horas
• Jornada mixta: máximo de siete horas y media

¿La hora de comida cuenta como tiempo de trabajo?

La normativa laboral establecida en el artículo 64 de la Ley Federal del Trabajo establece que, en caso de que el trabajador no pueda abandonar su lugar de trabajo durante los periodos de descanso o comida, dicho tiempo será considerado como parte de su jornada laboral efectiva.

Esto significa que el tiempo destinado a la alimentación debe ser contabilizado como parte del horario laboral, sin que pueda ser descontado económicamente al ser una necesidad básica.

De acuerdo con la LFT, en una jornada laboral de ocho horas diarias, el tiempo mínimo para la comida es de 30 minutos. Sin embargo, esto no afecta a los periodos de una o dos horas que algunas empresas en México ofrecen para la comida, los cuales varían según las políticas internas de la empresa o las necesidades operativas.

Es responsabilidad de las empresas garantizar el bienestar de sus trabajadores y cumplir con las regulaciones que promueven un ambiente laboral productivo y saludable, buscando así un equilibrio entre las necesidades de la compañía y las de sus empleados.