San Luis Ayucan, Jilotzingo, Estado de México. El deslizamiento de un cerro, provocado por las intensas lluvias en el Estado de México, ha sepultado al menos 14 viviendas en la pequeña comunidad de San Luis Ayucan. El incidente, ocurrido durante la noche del viernes, ha dejado una estela de destrucción y caos en la región.

En un entrevista realizada por Milenio, Elisa Lagunas, una joven de 25 años, contó como intentaba abandonar el pueblo junto a su novio antes de que cayera la noche. «Vamos a evacuar porque no es seguro, dicen que se va a colapsar otra parte», comentó mientras observaba el constante trasiego de brigadistas, autoridades y residentes en las calles llenas de lodo. Las brigadas de rescate han trabajado sin descanso en busca de personas atrapadas bajo el lodazal, resultado de la avalancha provocada por la tormenta.

Los testimonios de la tragedia en Jilotzingo

Afortunadamente, los padres de Elisa, de 67 y 62 años, lograron sobrevivir al deslave y fueron rescatados con vida por los vecinos de la comunidad. Verónica Antonio, una testigo del desastre, describió el pánico vivido: «Se vivió muy feo, muy feo, se deslavó. Gritaban muy horrible cuando bajaban las piedras. Decían ‘¡Corran!, ¡Váyanse!, ¡Empiecen a desalojar a la gente que tienen abajo, la gente grande!’. Fue un temblor horrible. Truenos horribles sonaban. Piedras horribles, grandotas», relató entre lágrimas.

La zona afectada se ha convertido en un pantano hondo y peligroso, lo que complica las labores de rescate. Las operaciones están siendo realizadas por el Ejército, la Guardia Nacional, bomberos, Protección Civil, policías estatales, agentes de la Marina, paramédicos de Cruz Roja y brigadistas voluntarios. Entre ellos, Christopher Coronel de los Bomberos Voluntarios Pirámide, quien formó parte del equipo que rescató a Madona Ocampo Rodríguez y sus dos hijos. Sin embargo, también se encontró el cuerpo sin vida de una bebé de tres meses, y aún se buscan al menos ocho personas desaparecidas.

Las tareas de rescate se han visto obstaculizadas por la dificultad de acceder al lodo y la falta de maquinaria adecuada. Las operaciones fueron suspendidas durante la noche del sábado debido a un nuevo aguacero. La comunidad se encuentra consternada, y las autoridades han evacuado al menos 120 viviendas en riesgo. Algunos residentes se han refugiado en la iglesia del pueblo, mientras otros permanecen en vela, deseosos de contribuir a los esfuerzos de rescate. El deslave subraya la vulnerabilidad de muchas comunidades ante fenómenos naturales y la necesidad de solidaridad y acción rápida en situaciones de emergencia.

Te puede interesar: Encuentra en Culiacán a cinco hombres atados y con múltiples impactos de bala frente a parque acuático