La investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM, Claudia Treviño Santa Cruz, ha advertido un preocupante aumento en la infertilidad de las parejas que intentan concebir de forma natural. Según informes de la máxima casa de estudios, alrededor del 15% de estas parejas experimentan dificultades para lograr el embarazo.

Los factores clave que contribuyen a este fenómeno son la alimentación inadecuada, la exposición a contaminantes y el estrés diario. Para comprender este problema de salud y desarrollar medidas preventivas, la UNAM ha resaltado la importancia de estudiar cómo funcionan los espermatozoides y cómo se ven afectados por estos factores.

Parejas infértiles tras un año de intentos

El porcentaje de parejas infértiles corresponde a aquellas que han intentado concebir después de un año de relaciones sexuales sin protección. Treviño Santa Cruz, quien también es miembro del Consorcio de Fisiología del Espermatozoide, junto con los reconocidos doctores Alberto Darszon y Takuya Nishigaki, afirma que al examinar la cuenta espermática se puede determinar si un hombre está sometido a algún estresor que pueda estar afectando su fertilidad.

La investigadora señala que este porcentaje está en aumento, lo que coincide con el informe publicado por la Organización Mundial de la Salud en 2024, que revelaba que aproximadamente el 17.5% de los adultos, lo cual es equivalente a uno de cada seis adultos, experimenta problemas de infertilidad en algún momento de su vida. Esto hace que sea urgente facilitar aún más el acceso a los servicios médicos para abordar esta problemática de manera efectiva.

Investigación sobre los espermatozoides y anticonceptivos masculinos

Para entender cómo funcionan los espermatozoides y desarrollar métodos anticonceptivos efectivos, el consorcio en la UNAM está realizando análisis exhaustivos de esta célula en el laboratorio. Los investigadores trabajan con tres tipos diferentes de espermatozoides: los de erizo de mar, los de ratones y los de humanos. Esto permitirá un mayor conocimiento sobre el proceso de fertilización y, a su vez, brindará una base para el desarrollo de anticonceptivos masculinos.

Treviño Santa Cruz también explicó que los espermatozoides recién eyaculados no tienen la capacidad de fecundar de inmediato. Requieren un tiempo dentro del tracto reproductor femenino para someterse a un proceso llamado capacitación, que los prepara para llevar a cabo la fecundación. Este proceso se puede mimetizar y reproducir in vitro, según los estudios realizados.

La investigadora enfatizó que la mayoría de los anticonceptivos disponibles actualmente están dirigidos a las mujeres, lo que puede involucrar el consumo de hormonas con posibles consecuencias para la salud. Esto se debe a que estos anticonceptivos pueden imitar procesos fisiológicos que ocurren durante la lactancia, cuando la mujer no es fértil. Sin embargo, no existe un gran incentivo para desarrollar anticonceptivos masculinos, ya que los métodos femeninos han sido efectivos en su mayoría.

Treviño Santa Cruz también mencionó que se han realizado experimentos para desarrollar una píldora anticonceptiva masculina, pero actualmente no hay suficiente financiamiento para llevar a cabo este proyecto. Además, el uso de anticonceptivos masculinos también depende de aspectos culturales, ya que en algunas sociedades hay una mayor disposición a utilizarlos que en otras.

Planificación familiar: una problemática multidisciplinaria

Según la académica de la UNAM, abordar la planificación familiar es una problemática multidisciplinaria que requiere la colaboración de diferentes especialistas. No tendría sentido desarrollar un anticonceptivo masculino si hay resistencia y reticencia a utilizarlo. Por lo tanto, es necesario trabajar en conjunto para promover una mayor conciencia sobre la importancia de la salud reproductiva y la prevención de embarazos no deseados.

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