Este sábado, la playa Condesa en Acapulco, Guerrero, se convirtió en escenario de terror. Según informes de Reforma y Quadratin, descubrieron el cuerpo de un hombre decapitado en el área de palapas y restaurantes. Minutos después, encontraron la cabeza de la víctima dentro de una bolsa negra afuera del centro nocturno Tabares, situado en la esquina de la avenida Farallón con la calle Bella Vista.

Operativo de seguridad en Acapulco

El macabro descubrimiento movilizó a los servicios de emergencia, quienes acudieron prontamente al lugar. Los peritos realizaron el levantamiento de los restos humanos, mientras que un impresionante operativo se desplegó, contando con la participación de efectivos del Ejército, Guardia Nacional y la Policía local.

Estos terribles sucesos se suman a la tragedia ocurrida el pasado 10 de junio en el Zócalo de Acapulco, donde una explosión dejó a nueve personas heridas. Testigos indicaron que un dron podría haber causado el incidente, según el reporte del periodista Juan Ángulo, director de El Sur de Guerrero. Su testimonio en el programa “En Tiempo Real” de Radio Fórmula sugiere la presencia de un dron sobrevolando la zona poco antes de la explosión, lo que alimenta la especulación sobre un explosivo lanzado desde el aparato.

En la región de Acapulco, el uso de drones por grupos del crimen organizado para ataques con explosivos es un fenómeno conocido. La comunidad local está consternada por estos actos violentos que han perturbado la paz de la zona turística. Las autoridades continúan su investigación para determinar las causas detrás de estos actos atroces que han sembrado el miedo entre los habitantes. La comunidad de Acapulco, una vez conocida por sus playas serenas y ambiente festivo, ahora enfrenta la sombra de la incertidumbre y la preocupación por la seguridad pública.

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