Déjame preguntarte, si tu vida terminara mañana, ¿qué te arrepentirías de no haber hecho? ¿Qué te arrepentirías de no haber dicho? ¿Harías tus remordimientos a un lado? 

Todos tenemos cosas que desearíamos haber hecho en algún momento de nuestra vida y remordimientos que sabemos que tenemos que dejar ir. Todos hemos deseado ser algo más. Haber hecho algo más.

Y ese es el problema, deseamos.

Deseamos las cosas que nunca nos resultaron fáciles. Deseamos que la vida nos haya dado las cosas que anhelamos. Deseamos y nunca recibimos porque no somos proactivos. No ponemos el esfuerzo suficiente para hacer realidad nuestros deseos.

Una vida hermosa no viene sin costo alguno. Una vida significativa no viene sin dolor.  

Tu vida está diseñada y construida con todo lo que has soportado. Se construye con tus logros, con tus fracasos y con tus miedos. 

Es el resultado de tu voluntad de enfrentar la vulnerabilidad con dedicación.

La suma de las experiencias que te permites experimentar.

Si mañana fuera el final, las cosas de las que te vas a arrepentir son las cosas que nunca te permitiste hacer. Las cosas de las que te arrepentirás son las palabras que nunca te permitiste decir. 

Las cosas de las que te arrepentirás serán los lugares a los que nunca te permitiste ir, de no permitirte ser digno de vivir la vida que siempre has imaginado.

Te arrepentirás de no haber aprovechado todas las oportunidades que la vida te arrojó.

Te arrepentirás de vivir con remordimientos. 

Entonces, cuando llegue el mañana, comience todo lo que ha dicho que habría comenzado y haga un plan para conquistar cada mal que reside en su cabeza, porque usted es la influencia más grande en su vida, y si fracasa o prospera está en sus manos…