No te lo dicen al principio, estarás un poco perdido y confundido. No sabrás por dónde empezar o qué hacer. No sabrá exactamente cómo hacerlo, pero sabrá que necesita arreglar algo. Necesitas reparar cualquier daño que te hayas causado a ti mismo o al mundo. 

Una vocecita dentro de ti te dirá que es más fácil simplemente vivir con eso que abrir las viejas heridas y cavar a través de los demonios enterrados para sanar. Una parte de ti querrá aceptar la pesadez y vivir con ella, pero la otra parte te suplicará que la dejes ir. 

Te estará rogando que vuelvas a ser ligero y de alguna manera responderás más a esa parte porque el otro lado se ve bien. 

El otro lado significa que no tienes que despertarte todos los días sobrecargado y dormir todas las noches en una cama llena de ansiedad y miedo. El otro lado no es desordenado.

No te dicen que tomará algunos años sanar por completo y liberar esas cargas pasadas que te persiguen cada vez que estás a punto de embarcarte en un nuevo viaje, tomar un nuevo trabajo o enamorarte de una nueva persona. 

O que una parte de ti intentará sabotearlo antes de que comience porque eso es lo que sabes y es a lo que estás acostumbrado, pero siempre habrá un rayo de esperanza dentro de ti de que tal vez esta vez sea diferente, que tal vez esta nueva oportunidad no sea un desastre disfrazado, que tal vez las cosas que te hacen sentir bien sean realmente buenas para ti y te las mereces . Siempre habrá este rayo de esperanza de que, dado que te estás curando, todo lo que te rodea también se está curando.

O tal vez que tendrás que reprogramar proactivamente tu mente, cambiar tu círculo y tu entorno y desafiarte a ti mismo para sanar de verdad. No te dicen que a menudo esto significa terminar con las amistades de la infancia, establecer límites con tus seres queridos o familiares y romper el corazón de otra persona o el tuyo propio porque nunca puedes sanar en el mismo entorno que te rompió y te trajo dolor y nunca podrás sana si no te proteges de aquellos que jugaron un papel en arruinar algo bueno para ti. 

Nunca podrás sanar si no te alejas de aquellos que perturbaron tu paz interior. 

No te dicen que a veces tendrás que dejar atrás ciertas cosas y personas porque algunas cosas no se pueden arreglar y algunos daños no se pueden deshacer. 

O que sanar a veces significa quemar puentes y reducir tus pérdidas porque las cosas rotas se rompieron por una razón y si vas a lastimarte de nuevo reparándolas, entonces estás mejor sin ellas. 

La verdadera curación significa abandonar cualquier cosa tóxica, incluso si es lo último que quieres hacer.

No te dicen que las batallas que tendrás que pelear para sanar serán con las personas que necesitas y amas y esa es la píldora más difícil de tragar pero una vez que ganas esas batallas, una vez que quemas esos puentes, tu sanación realmente comenzará y, a veces, sanar significa romper cosas que ya no te sirven para que puedas arreglarte a ti mismo.