El hecho de que estés roto, no te da derecho a romper.

El estar roto y romper a terceras personas por algo que no merecían es lo más bajo que puedas caer.

No está bien mentirle a la gente solo porque estás confundido y estás buscando una salida. No está bien decirles que los amas o que nunca te irás o que siempre estarás ahí cuando en el fondo de tu corazón sabes que no puedes hacer nada de eso. 

No está bien decirles a las personas que son especiales y luego tratarlas como si no importaran y no está bien prometer que las amarás para siempre cuando estás enamorado de otra persona.

O  manipular a la gente para que te ame. No está bien fabricar historias y mentir sobre tu vida solo para que se queden o sientan lástima por ti y traten de arreglar lo que puedan.

 No está bien decirle a la gente que los necesitas cuando ni siquiera te importa perderlos. No está bien quebrantar a la gente solo porque estás quebrantado y aún no te has curado.

Porque al final del día las personas aprecian a los que pueden ser genuinos con ellos, los que verdaderamente valoran su presencia y su compañía, los que se presentan en los momentos difíciles y los que se preocupan por los pequeños detalles de sus vidas por amor, no por despecho. 

No está bien pretender que estás interesado en la historia de alguien y luego irte después de que se abre contigo y te cuenta todo. No está bien abrir a las personas y dejarlas sangrar solas.

No está bien romper a la gente para que puedas sentirte completo. No está bien herirlos una y otra vez porque te niegas a sanar. No está bien lastimar a las personas repetidamente y pedirles que comprendan porque tu vida es complicada. No está bien esperar que la gente te ayude a limpiar el desastre que creaste si no tienes la intención de cambiar.

Y si planeas hacer todo eso, entonces no te sorprendas cuando la gente corra, cuando se vaya, cuando ya no quieran estar asociados contigo. No te sorprendas si un día se despierta liberando todos los pensamientos tóxicos que les diste y todo el dolor que les causaste. 

No te sorprendas si comienzan a elegirse a sí mismos o a ponerse en primer lugar como tú siempre lo hiciste. No te sorprendas si te despiertas un día solo porque alejaste a todos los que alguna vez te amaron de verdad y les diste todas las razones para no regresar.

No está bien quebrantar a las personas y esperar que te sigan amando. No está bien romper a las personas porque las personas ya están rotas y si no puedes ayudarlas a sanar, si no puedes al menos tratar de reparar algunas de las piezas rotas, entonces vete.

 No les pidas que te amen si no puedes amarlos de vuelta y no esperes que se queden cuando todo lo que haces es decepcionarlos.

No está bien quebrar a la gente solo porque tú estás roto y no está bien subestimar su capacidad para irse cuando ya han tenido suficiente.