Los humanos son imperfectos. Podemos decir cosas que no queremos decir cuando estamos enojados o asustados, y ya sea que tengamos la intención o no, lastimamos a las personas que nos rodean. 

A veces, las cosas que decimos o la forma en que actuamos pueden tener mucho que ver con el manejo de enfermedades mentales, traumas u otros eventos en nuestras vidas que se han aferrado a nosotros emocionalmente o continúan impactando la forma en que vivimos. 

Nuevamente, los humanos tienen fallas, y está bien. Está bien tener un mal día. Está bien cometer un error y luego enmendarlo y reconocerlo. 

 La salud mental y el trauma pueden tener un impacto profundo en nuestras vidas, y siempre debemos escuchar las experiencias de las personas y validar lo que han sentido o por lo que han pasado.

Sin embargo, una cosa que no podemos hacer en absoluto es usar la enfermedad mental o el trauma para justificar patrones de comportamiento hiriente o problemático. 

La enfermedad mental no le da a alguien vía libre para mantener el hábito de lastimar a otros. Tampoco le da permiso a alguien para crear un ambiente tóxico para amigos, familiares o cónyuges.

No puede exigir sensibilidad de todos en su vida por salud mental o trauma cuando no está dispuesto a devolver esa misma sensibilidad. 

El trauma y la enfermedad mental no son tu culpa, y nunca debes culparte por experimentar cualquiera de ellos, pero sanar y asegurarte de no someter a las personas que amas a la toxicidad es enteramente tu responsabilidad. 

Si alguien está tratando mal a las personas en su vida regularmente y lo atribuye a una enfermedad mental o a un trauma pasado, está insinuando que las personas que experimentan una enfermedad mental o están procesando un trauma son propensas a ser horribles con las personas que los rodean. 

Los principales medios de comunicación ya asocian la enfermedad mental con la violencia, el caos y la inestabilidad. 

Ha creado un estigma profundamente dañino que desalienta a las personas a hablar abiertamente sobre la salud mental y buscar ayuda.

 Alguien que a sabiendas usa la enfermedad mental y el trauma como una tapadera para lastimar a otros contribuye a este estigma.

 No podemos permitir que alguien cree una asociación entre enfermedad mental e insensibilidad, reforzando un estigma que sigue siendo tan dañino para millones. 

La enfermedad mental y el trauma no vuelven automáticamente a alguien inmune a la rendición de cuentas. No son una red de seguridad que alguien pueda implementar cuando se enfrenta a explicar por qué es constantemente hiriente o insensible con las personas que lo rodean. 

Son cosas reales y concretas con las que la gente trabaja duro para vivir o curarse todos los días, y tratarlas como excusas para la toxicidad es un grave insulto para esas personas. 

Si te encuentras lastimando a los que te rodean y te das cuenta de que estás usando una enfermedad mental o un trauma como explicación, esta es una llamada de atención. 

Lo que te está pasando o lo que te pasó alguna vez no es tu culpa, pero es tu responsabilidad asegurarte de no someter a las personas cercanas a ti al dolor o la toxicidad. 

Es su responsabilidad buscar ayuda, hacer las paces y cambiar su patrón de comportamiento. Sus acciones tienen consecuencias y la enfermedad mental y el trauma no deben usarse para hacer borrón y cuenta nueva y eludir la responsabilidad.