Todos enfrentamos momentos en nuestras vidas en las que pensamos que ya no podemos más, pero déjame recordarte que puedes con esto, solo respira.

Las cosas no siempre saldrán como lo planeamos, pero recuera, solo respira, puedes manejarlo.  El dolor, aunque a veces parece que nunca se detendrá, eventualmente desaparecerá. El dolor físico por enfermedad, lesión o cualquier daño no durará para siempre. 

Las cicatrices, ya sean físicas o emocionales, nunca desaparecerán, pero pueden sanar. Estarán allí para siempre para recordarte lo fuerte que fuiste para superar ese dolor. Cuán fuerte fuiste al hacer todo lo que necesitabas hacer para curarte. Las cicatrices son tus heridas de batalla… cuentan una historia de tu fuerza y ​​valentía.  

Puedes manejar el dolor, la traición y la angustia. Usarás ese dolor como lecciones para seguir adelante, aprendiendo más sobre las personas y los asuntos del corazón. 

El dolor te enseñará que nunca hay garantías en el amor, solo lo que dos personas ponen en él. También te enseñará que al curarte del dolor de corazón, con suerte te permitirás amar de nuevo algún día. 

No solo puedes manejar la lucha, los obstáculos y las barreras, sino que también puedes superarlos. Todo lo que puede parecer insuperable se puede superar con tiempo, paciencia y persistencia. Solo recuerda que la forma en que eliges manejar estas luchas es vital en tu viaje para encontrarte a ti mismo. 

Comprender el simple hecho de que todos luchamos, pero cómo lo superamos es lo que nos hace quienes somos.

Así que inhala… exhala. 

Encuentra algo de paz al saber que cada carga que estás experimentando es solo temporal. Si bien puede parecer que nunca termina, que se vuelve demasiado pesado para cargar, recuerda que esto también pasará.