Solo tenemos un hogar
Cada día despertamos con la certeza de que todo está a nuestro alcance: el agua, la comida, la tierra… pero no nos damos cuenta que poco a poco estamos destruyendo nuestro único hogar.
Algunos le llaman Tierra, algunos le llaman madre y otros más planeta. Debemos prestar atención a las acciones negativas que tenemos hacia nuestro entorno y poder eliminar poco a poco los efectos negativos de la actividad humanas.
Tenemos que reflexionar cada día sobre los impactos que provocamos, por muy pequeños que sean. Nosotros formamos parte de la Tierra, ella nos pertenece y gracias a ella vivimos nuestro día a día. Por eso, hoy es momento de construir un futuro más saludable.
Ahora en día, el COVID-19, que se ha convertido en nuestro mayor enemigo, pasa por millones de personas sin ni siquiera darnos cuenta. En cambio, podemos ver todos los efectos que causamos en nuestro planeta por la falta de educación ambiental: día a día nuestros bosques son golpeados y talados, los océanos son atacados, las especies se extinguen y muchas se ven amenazadas.
Estos son cambios negativos que no siempre nos impactan directamente, y pese a que son notorios, hay personas que insisten en ignorar todo ello.
Por eso debemos animar a nuestro a las personas de nuestro entorno a hacer el bien, lo que puede parecer algo utópico, debe convertirse en un lema: haz tu parte. Al fin y al cabo, si cada uno aporta y ayuda, todos podremos curar, aunque sea de a poco, nuestro planeta, porque juntos somos más fuertes, juntos somos uno. Y la naturaleza, nuestra escuela de vida más importante, nos lo muestra cada vez más.