El sedentarismo es un estilo de vida caracterizado por una escasa actividad física y largos periodos de inactividad o tiempo sentado. Este hábito puede incluir actividades como ver televisión, trabajar en el ordenador o viajar largas distancias en coche sin pausas para moverse.

A pesar de no ser una enfermedad en sí misma el sedentarismo es un hábito que se ha asociado con un mayor riesgo de desarrollar diversos graves problemas de salud y es una de las principales causas de comorbilidad de nuestro tiempo.

Combatir el sedentarismo implica aumentar el nivel de actividad física diaria y reducir el tiempo que pasamos realizando actividades sedentarias. Y aunque el estilo de vida actual muchas veces no permite que las personas tengan mucho tiempo para realizar ejercicio, no es necesario realizar dos horas de actividad al día para contrarrestar los efectos de la falta de movimiento.

Aquí te contamos cuál es la cantidad mínima de actividad que se recomienda realizar para prevenir los efectos negativos el sedentarismo.

Cuánto tiempo hay que hacer ejercicio para contrarrestar los efectos del sedentarismo

Lo anterior implica que es posible dividir dicha actividad en sesiones de al menos 30 minutos diarios, cinco días a la semana, el cual es el mínimo de actividad para prevenir enfermedades relacionadas con el sedentarismo.

Si bien esta actividad por si misma es benéfica, se recomienda incorporar ejercicios de fortalecimiento muscular dos veces por semana para mejorar los resultados.

Además de lo anterior también es importante minimizar el tiempo de inactividad prolongado a lo largo del día, levantándose a moverse cada hora si es posible.

Como mencionamos el sedentarismo se asocia con una serie de problemas de salud, entre los que se incluyen:

1. Obesidad: La falta de actividad física contribuye al aumento de peso y a la acumulación de grasa corporal.
2. Enfermedades cardiovasculares: El sedentarismo aumenta el riesgo de hipertensión arterial, colesterol alto y enfermedades como la cardiopatía coronaria.
3. Diabetes tipo 2: La inactividad física favorece la resistencia a la insulina y eleva el riesgo de desarrollar esta enfermedad.
4. Problemas musculoesqueléticos: Puede causar debilidad muscular y problemas en las articulaciones, como dolores de espalda y cuello.
5. Osteoporosis: La falta de ejercicio físico puede llevar a una disminución de la densidad ósea.
6. Trastornos mentales: Se ha vinculado con un mayor riesgo de depresión y ansiedad.
7. Cáncer: Incrementa el riesgo de ciertos tipos de cáncer, como el de colon y el de mama.
8. Mortalidad prematura: Puede aumentar el riesgo general de muerte prematura debido a diversas enfermedades.