Carlo Acutis, el primer santo millennial de la historia, será canonizado este 27 de abril en la Plaza de San Pedro, convirtiéndose en un ícono de fe para las nuevas generaciones. Su historia, marcada por una profunda espiritualidad y una habilidad excepcional para la tecnología, conmovió al mundo católico, especialmente a los jóvenes, quienes ven en él una figura cercana, real y profundamente inspiradora.

Nacido en Londres en 1991 y criado en Milán, Italia, Carlo fue un adolescente común con pasatiempos como el fútbol, los videojuegos y el senderismo. Sin embargo, también tenía una vida interior excepcionalmente profunda: desde los 7 años, tras su Primera Comunión, asistía a misa todos los días, rezaba el rosario y pasaba horas en adoración eucarística.

Acutis no solo vivió su fe, sino que la propagó con herramientas modernas: creó una exposición virtual sobre los milagros eucarísticos del mundo, disponible en varios idiomas, con el objetivo de evangelizar a través de Internet. Esta obra fue tan impactante que se exhibió en más de 10 mil parroquias y colegios de todos los continentes.

Un santo en jeans y sudadera

La imagen de Carlo dista mucho del retrato clásico de un santo. Su cuerpo embalsamado descansa en un santuario en Asís, donde se le puede ver vestido con jeans, sudadera y zapatillas deportivas, reflejo de su estilo juvenil y de una santidad que no está reñida con lo cotidiano.

En vida, Carlo decía: “La Eucaristía es mi autopista al cielo”, frase que hoy en día figura en estampas y recuerdos que miles de peregrinos llevan consigo tras visitar su tumba.

El proceso de canonización de Carlo ha sido uno de los más veloces en la historia reciente de la Iglesia. Fue declarado Venerable en 2018, Beato en 2020 tras un milagro en Brasil, y ahora, tras el reconocimiento de un segundo milagro en 2024 —la recuperación inexplicable de una joven costarricense que sufrió un grave traumatismo—, será proclamado santo por el Papa Francisco.

Este próximo 27 de abril, durante una misa solemne en el Vaticano, se celebrará su canonización en el marco del Jubileo del Año Santo dedicado a los adolescentes. Será entonces cuando su nombre quede inscrito en el libro de los santos y se oficialice su fiesta litúrgica.

Carlo fue apodado el “influencer de Dios” por su capacidad para conectar con el mundo digital. Su legado traspasó fronteras, y más de un millón de personas han peregrinado a Asís solo en el último año para rendirle homenaje. Religiosos, familias y sobre todo jóvenes ven en él una nueva forma de vivir la fe: auténtica, alegre y digital.

Carlo dejó palabras que hoy resuenan con fuerza en miles de corazones: “Todos nacen como originales, pero muchos mueren como copias. No dejes que eso te pase a ti”. Su vida demuestra que la santidad no está reservada a monjes ni mártires antiguos: también puede vivirse entre computadoras, videojuegos y redes sociales.

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