La fe y la gastronomía encontraron un punto de encuentro en la reciente declaración de la Arquidócesis Primada de México, que aclaró un asunto que mantenía en vilo a muchos feligreses. Sustituir la carne roja por mariscos durante la Cuaresma no solo es una muestra de devoción. Además, garantiza un lugar privilegiado en la eternidad. Lo que en resumidas cuentas es comer camarones, te asegura un lugar en el cielo

La noticia se recibió con entusiasmo por muchos creyentes que, entre ostiones a la Rockefeller y ceviches mixtos, encontraron una forma deliciosa de cumplir con los preceptos religiosos. «Es un gran sacrificio renunciar a la carne, pero si un filete de huachinango al mojo de ajo me acerca a la gloria celestial, lo hago con gusto», afirmó un devoto mientras se disponía a disfrutar su comida en un reconocido restaurante de mariscos.

El problema no son los camarones para poder ir al cielo, el verdadero martirio: La cuenta

Si bien la abstinencia de la carne roja los viernes de Cuaresma es una tradición bien establecida, para muchos creyentes el auténtico viacrucis no es el cambio de dieta, sino la cuenta al final de la comida. «No cualquiera puede darse el lujo de pedir un coctel grande de camarones sin sentir un golpe en el alma y en la cartera», expresó un parroquiano al revisar con angustia su ticket, aunque ya ganó el cielo.

En un acto de clarificación doctrinal, la Arquidócesis aseguró que el sacrificio también cuenta cuando se trata de pagar el platillo. Aquellos que optan por un humilde caldo de camarón o un pescado empapelado en lugar de una opulenta langosta también son bien vistos en los ojos de lo divino. Algunos teólogos aficionados, la bendición podría ser proporcional a la frescura y el costo de los mariscos elegidos.

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Lista de alimentos bien vistos (y condenados)

En un esfuerzo por guiar mejor a los feligreses, se anunció que próximamente se publicará un listado de alimentos recomendados por los Arcángeles. En el se incluirán opciones seguras para garantizar el favor divino. Entre los alimentos con sello celestial se encuentran:

• Ceviche mixto (con una ligera ventaja si es de pulpo)
• Mojarras frescas con guarnición de ensalada (las papas a la francesa serán objeto de debate)
• Pescado zarandeado en porción generosa
• Camarones al ajillo (con mayor indulgencia si se sirven con arroz blanco)

Por otro lado, la lista de alimentos condenados incluye:

• Maruchan sabor carne de res (con riesgo de excomunión si se mezcla con salsa picante)
• Salchichas cocteleras (de dudosa procedencia y sin respaldo celestial)
• Imitaciones de surimi (el engaño no es bien visto en el más allá)

A la espera de más revelaciones, los creyentes tomaron con buen humor la noticia. Algunos incluso declararon que estarían dispuestos a extender su abstinencia más allá de la Cuaresma si esto les asegura un banquete eterno en la otra vida. «Si el cielo es un bufet de mariscos frescos, ya tengo reservación», concluyó un comensal con una sonrisa y un platón de camarones empanizados frente a él.