No hay nada de malo en festejar ambas tradiciones, ya que representan la multiculturalidad que existe, especialmente entre México y Estados Unidos. Celebrar tanto el Día de Muertos como Halloween puede ser una forma hermosa de honrar las diversas influencias culturales.
Algunas de las principales diferencias entre estas festividades, las cuales ya forman parte de tu celebración, ya sea mediante la instalación de un altar en honor a los seres queridos o a través de un disfraz espectacular.
Aunque Halloween y el Día de Muertos pueden parecer similares a simple vista, es fundamental reconocer que tienen orígenes muy distintos. La UNESCO declaró en 2008 al Día de Muertos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando la creatividad y el significado de las ofrendas que se realizan cada 1 y 2 de noviembre.
El Día de Muertos tiene raíces en la historia indígena de México, particularmente entre los mexicas y los aztecas. Se cree que, a través de las ofrendas, los fieles difuntos regresan del inframundo para compartir un último momento con sus seres queridos en el mundo terrenal.
Por su parte, Halloween tiene una historia que se remonta a hace aproximadamente 3,000 años y su nombre proviene de la contracción de «All Hallow’s Eve», o Víspera de Todos los Santos. Esta celebración incluye rituales para ahuyentar a los espíritus, lo que popularizó el uso de disfraces como parte de la festividad.
¿Es válido celebrar ambas festividades? Por supuesto. México es un país diverso y multicultural, por lo que si deseas celebrar tanto Halloween como el Día de Muertos, tienes todo el derecho de hacerlo. Cada festividad tiene su propio origen y sus características únicas, y aceptarlas es el primer paso para integrarlas en tu vida.