La casa de Jaime Rodríguez Lorenzo estuvo al borde de ser destruida por un deslave en el cerro de la colonia Libertad, provocado por las intensas lluvias del huracán John. A pesar de la gravedad de la situación, Jaime trata de mantener una actitud positiva y enfrentar los desafíos con entereza.

Durante el paso del huracán por Acapulco, una de sus mascotas dio a luz a cuatro cachorros, de los cuales dos fueron bautizados de manera simbólica como “Huracán” y “John”. “Nacieron justo cuando la tormenta estaba en su apogeo, dos días antes del deslave”, contó Jaime. La idea de los nombres vino de sus hijos, quienes le sugirieron darle un toque humorístico a la situación.

Jaime explicó que estos nombres eran su forma de encontrar el lado positivo en medio de la tragedia que afectó su colonia. “No es por restarle importancia a lo que vivimos, sino porque a pesar de todo, los perritos nacieron sanos y eso fue un alivio”, comentó, refiriéndose al duro contexto de las lluvias interminables.

Tristemente, Jaime no solo perdió su hogar, que quedó inhabitable, sino también su taxi, un Tsuru, que fue aplastado por las rocas que cayeron en la calle Niño Artillero. En el mismo deslave, dos personas de su comunidad, Manuela y Melitón, perdieron la vida, sumando dolor a la tragedia.

A pesar de estas pérdidas, Jaime anunció que pondrá a los cachorros en adopción. Si no logra encontrarles un hogar, su plan es buscar un lugar seguro donde mantenerlos y alimentarlos, ya que considera que también merecen estar a salvo.

Mientras busca rehacer su vida, Jaime reflexiona sobre la situación con resignación. “Solo Dios sabe por qué pasan las cosas”, afirmó, reconociendo que sus planes para mejorar su casa también fueron arrasados por el desastre natural.