El ave viajaba en una caja que se deslizó y golpeó los controles del piloto. El informe oficial detalla por qué esto nunca debió haber ocurrido.

Un pingüino, sí, un pingüino, fue el inesperado protagonista de un accidente aéreo que por poco no termina en tragedia. Aunque parezca parte del guión de una película cómica, el incidente es completamente real y fue confirmado por la Autoridad de Aviación Civil de Sudáfrica (SACAA) en su informe final. El helicóptero Robinson R44 se precipitó en la isla Bird Island, en el archipiélago de las Georgias del Sur, luego de que una caja —con el ave dentro— se desplazara en la cabina y golpeara uno de los controles críticos del piloto.

¿Cómo ocurrió este accidente tan fuera de lo común?

La aeronave, matrícula ZS-RJC, realizaba un procedimiento de reconocimiento aéreo bajo la normativa Parte 127 de las Regulaciones de Aviación Civil sudafricana. A bordo iban el piloto y tres pasajeros, uno de ellos un especialista que sostenía en su regazo una caja de cartón con el pingüino. El vuelo había despegado desde el Aeródromo Chief Dawid Stuurman con destino a Bird Island, también conocida como Isla Pájaro.

Durante el trayecto, la caja cayó de las piernas del experto y comenzó a deslizarse por la cabina hasta impactar con la palanca de control cíclico, un mecanismo que dirige la inclinación del helicóptero. En cuestión de segundos, el piloto —con más de 1.000 horas de experiencia en este tipo de aeronave— perdió el control, y el helicóptero alabeó violentamente hacia la derecha, golpeando el suelo con sus palas y estrellándose a escasos 20 metros del punto de despegue.

Milagrosamente, todos salieron ilesos… incluso el pingüino

A pesar del fuerte impacto y de los importantes daños materiales, ninguno de los ocupantes sufrió lesiones. Y sorprendentemente, el pingüino también sobrevivió sin un rasguño. Sin embargo, la SACAA dejó en claro que el incidente fue consecuencia directa de una negligencia operativa que pudo haber tenido consecuencias fatales.

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