Esta es la historia de Silvia, quien a sus 61 años ha rescatado a más de 400 lomitos. Luego de que un perro salvara su vida.

Silvia tiene una rutina diaria, en la cual habla con las palomas todas las mañanas. Mientras que les esparce avena molida y migajas en el suelo del estacionamiento.

En lo que las aves llegan a comer, ella coloca agua y algo de comida en los recipientes que mantiene atados a los postes de luz. Para que animales callejeros como perros y gatos tengan algo para comer y beber.

Mientras tanto en su auto la esperan sus tres lomitos inseparables: Rufo, Neni y Jacob. Perros rescatados a quienes atiende y ellos la observan con paciencia mientras realiza su ritual de todos los días.

A sus 61 años, Silvia se ha dedicado a rescatar animales. Dejando atrás su pasado como asistente de personajes reconocidos como Luis Donaldo Colosio o el ex gobernador Adolfo Lugo Verduzco. Asegurando que en ese entonces era otra persona, con otra vida y llena de soberbia.

Pero es ya quedó en el pasado, y por fortuna no concretó un intento de suicidio. Encontrando en los animales todo el amor de una familia que no tiene.

Silvia recuerda que estaba decidida a terminar con su vida, oró y suplicó a Dios que le diera una señal que le ayudara a encontrar el camino. Y cuenta que al encaminarse para concretar su plan, un perro blanco se le acercó, se cruzó en su camino y desde ese momento se volvieron inseparables.

Lobo vivió con ella más una década, hasta que murió. Pero gracias a él, siguió con la labor de ayudar a los animales callejeros.