La representante de Somalia, Zainab Jama, rompió el silencio y estremeció al mundo con un valiente testimonio: fue víctima de mutilación genital femenina (MGF) cuando tenía apenas siete años.

Durante la etapa “Head to Head” del certamen Miss Mundo 2025, que se celebra este año en India, la joven modelo no pudo contener el llanto al recordar los detalles del día que cambió su vida para siempre. Sus palabras no solo conmovieron a la audiencia, sino que generaron una ola de apoyo y reflexión sobre una práctica que, aunque silenciada, sigue vigente en pleno siglo XXI.

“Recuerdo llorar y suplicar, pero me dijeron que me callara, que debía ser valiente y sentirme orgullosa. Ese momento me cambió para siempre. Mi infancia terminó ese día”, expresó Zainab ante los jueces y millones de espectadores.

Una tradición que mutila, una voz que resiste

La mutilación genital femenina sigue siendo practicada en más de 30 países, especialmente en África, Medio Oriente y algunas regiones de Asia. Se estima que más de 200 millones de mujeres y niñas han sido sometidas a esta práctica, considerada por organismos internacionales como una grave violación de los derechos humanos.

En su discurso, Zainab denunció que fue sometida al procedimiento por tres mujeres sin formación médica, bajo la justificación de que era parte de una tradición cultural. Lo que vivió fue una de las formas más extremas de MGF: la infibulación, en la cual se cortan casi por completo los genitales femeninos y se sella la abertura vaginal.

“No hay consuelo, solo sangre y silencio”, dijo entre lágrimas.

Tras la intervención, la presidenta del certamen Miss Mundo, Julia Morley, subió al escenario para abrazarla, reconociendo públicamente su coraje y dando su total respaldo a la causa que Zainab representa.

Lejos de dejarse consumir por el trauma, Zainab Jama transformó su experiencia en una poderosa herramienta de cambio. Fundó la organización Female Initiative Foundation, un proyecto social con el que busca erradicar la mutilación genital femenina en Somalia y en otras comunidades donde esta práctica aún se considera "normal".

La fundación lleva a cabo campañas de concientización, programas educativos para madres y visitas comunitarias en zonas rurales. Su objetivo es uno: romper con la cadena de silencio que perpetúa esta forma de violencia de generación en generación.

Aunque actualmente reside en el Reino Unido, Zainab viaja regularmente a Somalia para acompañar a otras sobrevivientes, compartir su testimonio y dar esperanza a quienes aún no han encontrado su voz.

“Como sobreviviente de la mutilación genital femenina, hablo por los millones de niñas cuyas voces fueron silenciadas antes de que tuvieran la oportunidad de vivir libremente”, afirmó con firmeza.

Otro de los pilares del trabajo de Zainab es el acompañamiento. Ha creado en Reino Unido una red de apoyo emocional para mujeres sobrevivientes, donde se ofrecen espacios seguros para compartir sus historias, sanar heridas y capacitarse en herramientas de empoderamiento.

Desde charlas hasta talleres terapéuticos, el enfoque de la red es brindar apoyo integral a mujeres que, como ella, vivieron una infancia marcada por el dolor, el silencio y el estigma.

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