Recientemente, un video que circula en redes sociales encendió las alarmas sobre una nueva modalidad de asalto dentro de las unidades de transporte público, donde la intimidación psicológica juega un papel clave.

El «modus operandi»: intimidación disfrazada de petición en el transporte público

En la grabación, se observó a dos individuos abordando una unidad y, con actitud desafiante, comenzaron a exigir dinero a los pasajeros mediante la frase: «billetito volando, monedita rodando». Mientras uno de ellos empleó un tono amenazante para crear un ambiente de tensión, su cómplice estiró la mano para recoger las monedas y billetes que los usuarios, atemorizados, entregaron sin resistencia.

Este tipo de extorsión, conocida coloquialmente como «taloneo», ha existido por años en el transporte público. Sin embargo, lo que generó preocupación es el carácter cada vez más hostil con el que operan estos sujetos. Anteriormente, se trataba de una «petición» disimulada de ayuda económica, pero ahora la línea entre una solicitud y una amenaza explícita se ha vuelto cada vez más difusa.

La opinión de los usuarios: ¿asalto psicológico?

Las reacciones en redes sociales no se hicieron esperar. Muchos internautas calificaron este acto como un «asalto psicológico», pues, aunque no se emplea la violencia física directa, la presión y el miedo inducido hacen que los pasajeros entreguen dinero sin oponer resistencia.

“Una vez se subieron unos weyes así a mi transporte y casi el mismo modus operandi, pero hasta este momento me doy cuenta de que estaban asaltando. Es como un asalto psicológico, ¿no?”, comentó un usuario en redes.

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Los choferes bajo la lupa

Una de las principales críticas en redes sociales apunta hacia los operadores del transporte, quienes, según los pasajeros, permiten el acceso de estas personas. “Aquí el problema es del chofer que los deja subir. Todos los choferes ya conocen a quienes suben a pedir o a vender algún producto. Si no los dejaran, la gente viajaría más tranquila”, expresó un usuario afectado.

Sin embargo, también se discutió que los propios conductores pueden estar bajo amenaza o simplemente evitan confrontaciones para no poner en riesgo su integridad. A pesar de esto, la situación sigue siendo una preocupación latente para los pasajeros, quienes exigen medidas más estrictas de seguridad.