El Jueves Santo es un día de profundo significado religioso para los cristianos de todo el mundo, marcado por el recuerdo de la Última Cena de Jesucristo con sus apóstoles antes de su crucifixión. Uno de los aspectos más fascinantes de este evento es la pregunta sobre qué se sirvió en la mesa durante esa reunión histórica. Recientes investigaciones sobre la cocina palestina de la época de Jesús han arrojado luz sobre este misterio.

Un menú revelado por la arqueología: así fue la Última Cena

Según los hallazgos de arqueólogos italianos Generoso Urciuoli y Marta Berogno, el menú de la Última Cena podría haber consistido en un guiso de alubias, cordero, aceitunas, hierbas amargas, una salsa de pescado, pan sin levadura, dátiles y vino aromatizado. Estas conclusiones se basan en una cuidadosa investigación que combina versículos bíblicos, escritos judíos, obras romanas antiguas y datos arqueológicos.

Contrario a las representaciones tradicionales en el arte religioso, donde se muestra a Jesús y los apóstoles sentados en una mesa rectangular, las investigaciones sugieren que la cena se llevó a cabo con los comensales reclinados en cojines en el suelo, siguiendo la costumbre romana de la época.

Una perspectiva desde la fe católica

Para la Iglesia Católica, el Jueves Santo y la Última Cena son momentos de gran trascendencia espiritual. La cena simboliza la institución del sacramento de la Eucaristía, donde Jesús compartió el pan y el vino con sus discípulos, representando su cuerpo y su sangre. Esta ceremonia es fundamental en la fe católica y se celebra con solemnidad en todo el mundo.

La institución del sacramento de la Eucaristía y del sacerdocio ministerial durante la Última Cena es un punto central en la doctrina católica. Jesús enseñó a sus apóstoles el mandamiento del amor y del servicio, lavando sus pies como un acto de humildad y enseñanza. Este momento marca el inicio de la misión de los discípulos y la perpetuación del sacrificio de Cristo a través de la Eucaristía.

El camino hacia la crucifixión

Tras la cena, Jesús se dirigió al Huerto de Getsemaní en el Monte de los Olivos, donde fue traicionado por Judas Iscariote. Este hecho marca el comienzo de su pasión, muerte y crucifixión, eventos que la Iglesia conmemora durante la Semana Santa como parte fundamental de la redención de la humanidad.

De esta manera, las investigaciones recientes sobre la Última Cena arrojan nueva luz sobre este evento crucial en la historia cristiana. Más allá de los aspectos culinarios, la cena representa la institución de la Eucaristía y del sacerdocio ministerial, elementos fundamentales en la fe católica. El Jueves Santo es un recordatorio conmovedor del amor y el sacrificio de Jesucristo por la humanidad, y la Última Cena sigue siendo un momento de profunda reflexión y devoción para los creyentes de todo el mundo.

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