El caso del asesinato de la influencer Valeria Márquez, de 23 años y casi 200 000 seguidores en TikTok, dio un nuevo giro el pasado 15 de mayo cuando un usuario encapuchado acusó directamente, en plena transmisión en vivo, a Vivian de la Torre, amiga cercana de la víctima, de haber orquestado el crimen.

Durante una retransmisión en TikTok, el individuo cubrió su rostro con una capucha y, con voz modulada, aseveró que Vivian “le dio al agresor todos los detalles”: desde la ubicación exacta del salón de belleza en Zapopan, Jalisco, hasta la rutina de Valeria antes de abrir la transmisión. Según la acusación, el asesino, quien confesó no conocer el área, visitó el establecimiento en dos ocasiones previas para planear el ataque y únicamente gracias a la ayuda interna pudo ultimar su objetivo.

El 13 de mayo, durante su habitual sesión de belleza en vivo, Valeria recibió un disparo que acabó con su vida en cuestión de minutos. La Fiscalía General de Justicia del Estado de Jalisco confirmó que el agresor accedió al local con la apariencia de un repartidor más, evitó sospechas y, al poco tiempo, ejecutó el fatal disparo. Desde entonces, la investigación se centró tanto en dar con el autor material como en esclarecer posibles cómplices.

Vivian, conocida en el mismo círculo de influencers como “hermana” de Valeria, se había mostrado devastada tras el crimen. Sin embargo, en redes sociales empezaron a circular capturas de pantallas y videos de TikTok donde, presuntamente, Vivian distraía a Valeria y controlaba el inicio y fin de las transmisiones. Comentarios como “apaga el live que el trabajo está hecho” se le atribuyen ahora como prueba de complicidad.

Ante estas nuevas imputaciones, la Fiscalía de Jalisco reiteró que, por el momento, solo existen cargos formales contra el autor material del disparo. No obstante, confirmó que todas las declaraciones y videos serán integrados al expediente para determinar si existen indicios suficientes para citar a declarar a Vivian u otras personas.

Expertos en derecho penal advirtieron que, para imputar a un posible cómplice, se requieren evidencias claras de colaboración activa y beneficio de la acción criminal. La mera cercanía personal no basta; las autoridades deben demostrar que Vivian facilitó el acceso o la planificación del ataque.

Con el expediente engrosándose y la presión mediática en aumento, la Fiscalía de Jalisco tiene ante sí el reto de discernir entre acusaciones fundadas y teorías virales. El proceso de investigación continuará con la obtención de registros de video, llamadas y declaraciones de testigos, incluidos los allegados a la víctima.

Por ahora, la comunidad exige rapidez y transparencia. Mientras tanto, la figura de Vivian de la Torre se mantiene bajo la sombra de la sospecha, a la espera de que la justicia confirme o descarte su implicación en uno de los crímenes que más consternación ha generado en las redes sociales mexicanas.

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