En un caso que causó conmoción y repudio en redes sociales y medios internacionales, dos hermanos fueron arrestados en Brasil tras descubrirse que ocultaron el cadáver momificado de su padre durante al menos seis meses con el único objetivo de seguir cobrando su pensión mensual. El insólito y perturbador caso ocurrió en el barrio de Cocotá, en Ilha do Governador, Río de Janeiro, y fue calificado como uno de los actos más fríos y calculadores en años recientes en la región.

Los responsables, identificados como Marcelo Marchese D'Ottavio y Tania Conceição Marchese D'Ottavio, fueron descubiertos el pasado miércoles 21 de mayo cuando agentes de la policía de Sao Paulo, tras recibir múltiples denuncias de vecinos preocupados por la prolongada desaparición del adulto mayor, ejecutaron una orden de allanamiento en el domicilio familiar. Según los informes oficiales, al intentar ingresar al inmueble, los hermanos se opusieron violentamente al cateo, lo que derivó en su arresto inmediato y el posterior descubrimiento del macabro secreto.

En el cuarto piso de la vivienda, los oficiales encontraron el cuerpo momificado de Darío Antonio Raffaele D'Ottavio, de 88 años, quien, según los primeros peritajes, habría muerto al menos medio año atrás. Aunque aún no se determina oficialmente la causa de muerte, se investiga la posibilidad de un homicidio perpetrado por sus propios hijos.

Lo que ha horrorizado aún más a las autoridades y a la opinión pública es que Tania, una de los acusados, habría dormido durante meses en la misma habitación donde se hallaba el cadáver de su padre, que fue mantenido en un espacio sellado y acondicionado para disimular el olor de la descomposición. Los agentes encontraron que el lugar había sido modificado con selladores y otros materiales para evitar sospechas de los vecinos.

Marcelo y Tania no contaban con empleos estables, pero durante la investigación se descubrieron muebles nuevos, electrodomésticos y objetos de valor que habrían sido adquiridos con el dinero de la pensión del fallecido. Además, las autoridades confirmaron el uso de las tarjetas bancarias del adulto mayor después de su muerte, lo cual ya está siendo evaluado como fraude financiero.

Tras su detención, ambos hermanos fueron sometidos a evaluaciones psicológicas preliminares, las cuales revelaron posibles trastornos mentales. Sin embargo, no se han ofrecido mayores detalles sobre su salud mental ni si esto influirá en su proceso legal.

Por el momento, los hermanos enfrentan cargos por ocultamiento de cadáver, resistencia a la autoridad y lesiones corporales, lo que podría derivar en sentencias de entre tres y cinco años de prisión. La Fiscalía no descarta sumar cargos adicionales conforme avancen las investigaciones, especialmente si se confirma que la muerte del anciano no fue natural.

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