En la era del marketing de influencia y la monetización de la vida personal, una pareja de influencers al parecer de origen colombiano llevó el concepto de “colaboraciones” al siguiente nivel. A través de sus redes sociales, los creadores de contenido lanzaron una insólita convocatoria para que marcas, emprendedores y pequeños negocios participen como "colaboradores oficiales" de su boda, ofreciendo desde servicios de floristería hasta mobiliario, catering y decoración, todo a cambio de difusión en redes.

“Queremos que nuestra boda también sea una oportunidad de promoción para marcas que estén creciendo”, explicaron en un video que rápidamente se volvió viral. Según contaron, la idea surgió de su experiencia como emprendedores digitales y del valor que, aseguran, tiene la visibilidad online para los pequeños negocios.

"Rugido de tripas" en redes sociales

A pesar de su tono entusiasta, la pareja no tardó en enfrentar una ola de críticas. Frases como “si no tienen dinero, que no se casen” y “quieren boda de lujo sin gastar un peso” se repitieron entre los comentarios. Muchos usuarios consideraron la propuesta como una forma disfrazada de pedir todo gratis, mientras otros criticaron la excesiva exposición de su vida privada y la falta de límites entre lo personal y lo comercial.

“Esto ya no es emprender, es aprovecharse”, comentó una usuaria en TikTok, mientras otro agregó: “Todo por no pagar un salón. ¿También quieren que alguien les preste los anillos y les regale la luna de miel?”

Aunque la mayoría de las reacciones fueron negativas, también hubo quienes defendieron la estrategia, destacando que actualmente muchas marcas sí se benefician de este tipo de acuerdos, sobre todo si los influencers tienen buena interacción con su comunidad. “Es un gana-gana si se hace bien y con profesionalismo”, opinó un especialista en marketing digital.

Y es que el fenómeno no es nuevo. En los últimos años, la tendencia del “intercambio por exposición” ha ganado terreno en el ecosistema influencer. Ya no se limita a publicaciones o unboxing: ahora incluye eventos personales como bodas, cumpleaños, baby showers e incluso funerales. Las marcas aportan productos o servicios y, a cambio, obtienen menciones, tags, reels y vlogs ante miles de seguidores.

Según un informe de Influencer Marketing Hub, el 69% de las marcas han participado en algún tipo de colaboración no pagada con microinfluencers, lo que demuestra que este modelo sigue en crecimiento. De hecho, se estima que para 2025 la industria del marketing de influencia alcanzará un valor superior a los 24 mil millones de dólares.

La polémica de esta pareja vuelve a poner sobre la mesa una pregunta que divide opiniones: ¿hasta dónde es válido monetizar tu vida personal en nombre del emprendimiento digital?

Mientras tanto, ellos siguen buscando patrocinadores y, al parecer, ya han recibido algunas propuestas. ¿Será esta la boda más comentada del año o simplemente un caso más del oportunismo disfrazado de estrategia? Solo el algoritmo lo dirá.

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