2022, cambio o continuidad
Por: Ernesto Escobosa
El 6 de junio pasado, Morena ganó 24 municipios con candidatos desconocidos y poco competitivos, el PRI 8, el PVEM 4 y el PAN solo 3, dándose un empate técnico en lo que los panistas consideran su bastión, la capital del estado; el PT y PRD aportaron números poco significativos a sus respectivos aliados. En esta última elección no estaba Andrés Manuel López Obrador en la boleta como argumentó la coalición va por Durango durante todo el periodo de campaña y aun así Morena obtuvo 80 mil votos más que el PAN y 50 mil más que el PRI, enviando al partido que gobierna Durango a la tercera fuerza electoral.
Todos los gobernadores anteriores habían llegado a su quinto año de administración con su partido fortalecido y en condición de dominancia y aun así el PRI perdió la gubernatura en 2016, en consecuencia, la Ley de las probabilidades indica que el PAN está en una situación muy precaria como para ganar las elecciones de 2022. La lógica del poder nos muestra que el ejercicio gubernamental desgasta, que los señalamientos se acumulan y el descontento social crece conforme se acaban los sexenios y la base electoral del PAN para este último año no le da mucho margen de maniobra como para llegar al proceso electoral con la fortaleza necesaria para retener el Gobierno del Estado y los municipios que preside, queda claro que su única salida es volver a ir en coalición con el PRI y PRD.
Los dirigentes, tanto del PRI como del PAN, han argumentado que sus partidos deben tener la candidatura a Gobernador, los priistas porque se recuperaron y quedaron como la segunda fuerza electoral y los panistas porque tienen el gobierno estatal, lo cual cada vez significa menos, no solo por la carencia de recursos, la falta de proyectos, también por el incumplimiento de las expectativas con las que iniciaron la administración y que nunca se concretaron. La disyuntiva de los electores en 2022 estará entre la continuidad o el cambio, un escenario de alto riesgo para el PAN y sus eventuales aliados, debido a que no abundan los buenos resultados que puedan mostrar para estimular y convencer a los ciudadanos para que vuelvan a votar por ellos como sucedió en 2016.
Con todo y que la oposición en todos sus ámbitos ha sido muy generosa con el Gobierno del Estado y los gobiernos municipales panistas, al grado tal, que es inexistente un debate público en el que se cuestione, se señale y se exhiban los errores y excesos gubernamentales, el ánimo ciudadano está siendo un indicador de debilidad para que sea viable la continuidad; basta analizar las estadísticas del INEGI y los estudios demoscópicos que dejan en evidencia que la ciudadanía percibe como poco exitosos a los actuales gobiernos. Aunado a esto, el gobernador sigue con una tendencia a la baja en cuanto a aceptación social, mientras que el presidente de la República ya lo rebasó y trae una ruta de crecimiento y vaya que Durango es uno de los estados en los que la simpatía popular hacia López Obrador era de las más bajas desde el inicio de su administración.
Todos estos factores serán determinantes para definir candidaturas y para poder ganar las elecciones dentro de una lógica de estrategia política en la que se plantean objetivos y gradualmente se van cumpliendo, las improvisaciones son regularmente la causa de todas las derrotas.
Twitter: @ernestoescobosa