Por: Gilberto Jiménez Carrillo

El 10 de junio de 1971, México vivió otro episodio negro de represión estudiantil, me refiero a la a matanza del “Jueves de Corpus” o también conocida como «El Halconazo», en referencia al grupo militar llamado «Los Halcones», responsable de la muerte de 120 estudiantes que se manifestaban en la Ciudad de México hace 50 años.

A principios de 1971, la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) vivía un grave conflicto. El Gobierno estatal había reducido el presupuesto de la Universidad como “escarmiento” por la decisión de profesores y estudiantes de imponer un Gobierno paritario a finales de 1970. Los universitarios comenzaron una huelga y se pidió solidaridad a las demás universidades del país. Los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN), convocaron a una manifestación masiva en apoyo a Nuevo León el día 10 de junio.

Las calles por donde se realizaría la marcha estaban repletas de policías y granaderos quienes impidieron el paso a los estudiantes. También había tanques antimotines y vehículos militares. «Los Halcones», el grupo de choque entrenado por la Dirección Federal de Seguridad y la C.I.A., atacó brutalmente a los estudiantes desde las calles aledañas después de que los granaderos abrieran sus filas.

Los paramilitares al principio agredieron a los estudiantes con palos y porras, por lo que fueron repelidos fácilmente, sin embargo «Los halcones» contraatacaron nuevamente pero ya con armas de fuego de alto calibre. Los estudiantes se escondieron en donde pudieron, pero para muchos fue inútil. La policía que se encontraba en la marcha no intervino y solo permaneció expectante ante la masacre. El saldo fue de 120 estudiantes asesinados. A los que sobrevivieron al ataque y llegaron heridos a hospitales, llegaron «halcones» y los mataron dentro de la institución médica.

El 23 de septiembre del 2015 recibí la invitación del licenciado Rafael Herrera Piedra para que lo acompañara a la población de Madera, Chihuahua, a estar presente en el 50 aniversario del asalto al cuartel militar por parte de un grupo de maestros que encabezaba el profesor duranguense Arturo Gamiz García. La comitiva, que se componía de solo cuatro personas, fuimos testigos de presentaciones de libros, conferencias, la exhibición de la película Las Armas del Alba, filmada por cierto en Durango y basada en el libro del mismo nombre, escrito por Carlos Montemayor.

Solo cuatro duranguenses tuvimos ese privilegio, y es que el licenciado Herrera Piedra apreciaba y valoraba a las personas cultas e inteligentes, por eso con mucha frecuencia organizaba conferencias y presentaciones de libros con autores de presencia nacional. A esas reuniones acudían políticos de antes y de ahora, miembros de la cultura, escritores y periodistas, que escuchábamos puntos de vista, análisis, posicionamientos y otros comentarios siempre interesantes. Herrera Piedra ha sido el mejor agente de relaciones públicas que ha tenido Durango en los años recientes, pues sus selectos invitados, además de ser bien atendidos, se llevaban la mejor de las impresiones de Durango y en consecuencia le dedicaban elogios y publicidad nuestro estado en sus columnas y con su círculo de amistades. Nos debemos conmemorar el 50 aniversario del “halconazo” Licenciado, ya habrá tiempo.

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