Por: Gilberto Jiménez Carrillo

Hace más de 10 años, la desaparición de una niña de cuatro años llamada Paulette conmocionó a México. Estos hechos ocurrieron en Huixquilucan, Estado de México. El caso de Paulette comenzó el 22 de marzo de 2010, cuando sus papás Lizette Farah y Mauricio Gebara, reportaron la desaparición de la niña.

Ese día, una de las nanas de la menor, inició su día de trabajo y fue a buscar a Paulette a su cuarto para prepararla para ir a la escuela, sin embargo, cuando llegó a la habitación, la niña no estaba, revisó toda la recamara, buscó debajo de la cama y en todos los lugares en los que la niña podría estar. Al no dar con Paulette, fue a avisarle a la mamá. Lizette preguntó si la otra nana, Martha, sabía algo de ella, ante la respuesta negativa, las tres mujeres y el papá Mauricio Gebara comenzaron a buscar a Paulette en la casa y en todo el complejo de edificios. Lizette preguntó a los vigilantes del lugar si habían visto a su hija. La madre temió lo peor y corrió a la piscina del lugar, pensó que la menor se había caído y se había ahogado, sin embargo, al quitar la lona de la alberca no había nada.

Al no tener ningún rastro, Mauricio Gebara informó a las autoridades locales sobre la ausencia de la niña, en ese entonces, Alberto Bazbaz era el procurador. Los agentes llegaron a la casa de la familia Gebara Farah, la policía desplegó un operativo en el complejo residencial para revisar todo el lugar, así como el cuarto de la niña, incluso llevaron binomios caninos para que pudieran rastrear a la menor, pero no hallaron pistas del paradero de la pequeña y no había señales ni de robo ni de secuestro. En las cámaras del lugar no había señales de que Paulette hubiera salido del edificio. No podría salir sola, porque tenía una discapacidad motriz y de lenguaje. Cuatro días después de la desaparición, el 25 de marzo, la Procuraduría del Estado difundió un cartel con la foto de Paulette. El rostro de Paulette inundó las redes sociales y la televisión. Lizette Farah conversó con los medios en la habitación de Paulette, ella y los periodistas se sentaron en la cama en que dormía la niña.

El 29 de marzo la Procuraduría del Estado de México anunció que arraigaría a los papás, así como a las dos nanas por inconsistencias y falsedades en sus declaraciones, un día después los trasladaron a un hotel en donde cumplirían su arraigo, mientras que las autoridades hacían la reconstrucción de los hechos en la vivienda, pero inesperadamente el día 31 de marzo, ocurrió algo: Los peritos que estaban en la casa, encontraron el cuerpo de Paulette en la recamara de la niña entre el colchón y la base de la cama, lugar que había sido revisado constantemente primero por la mamá y las nanas, además, las niñeras revelaron que después de la desaparición, tendieron la cama varias veces, la misma cama donde Lizette Farah había dado entrevistas. La causa de la muerte de la niña fue asfixia mecánica por obstrucción de fosas nasales y compresión toraxicoabdominal.

El 4 de abril tanto los papás como las niñeras salieron del arraigo y para el 6 de abril, el cuerpo de Paulette fue sepultado. Alberto Bazbaz dio carpetazo al caso y dictaminó que todo se trató de un accidente en el que la pequeña cayó por la cabecera y murió asfixiada. Fue tanto la presión social y la burla de la sociedad para con las autoridades, que el 26 de mayo, el procurador Alberto Bazbaz presentó su renuncia al Gobernador de ese entonces, que era Enrique Peña Nieto.

Su carta de renuncia decía lo siguiente: “La polémica derivada de este caso ha desgastado el vínculo que debe existir entre esta autoridad y la sociedad. Para que una Procuraduría pueda realizar sus funciones con eficacia es indispensable que cuente con la confianza, la credibilidad y el respaldo de la gente a la que sirve; cuando esto se pierde, resulta imposible cumplir la responsabilidad”.

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