Aciertos
El presidente Andrés Manuel López Obrador impulsa el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) bajo la premisa de que el esquema del Seguro Popular propició corrupción y colusión de algunas farmacéuticas con el sector salud en las entidades federativas.
La versión presidencial tiene parte de verdad en su visión, pues fue notorio y las instancias correspondientes emprendieron investigaciones, cuyo desenlace no trascendió en la mayoría de las ocasiones por la posible monopolización de precios de fármacos, sin embargo, hubiera sido más fácil proceder atacar esos vicios que desaparecer todo el esquema de salud.
La desaparición del Seguro Social pareciera ser una especie de venganza, o intento de no dejar piedra sobre piedra, sin aprovechar lo que se haya hecho bien en el esquema que tenía la Federación y los estados.
Preocupa que el Gobierno Federal pretenda quedarse con la infraestructura de salud de los estados del país a cambio de poder entregar recursos económicos a cada entidad, y quizás eso haya sido parte del dialogo que sostuvo el Gobernador José Aispuro Torres con los exmandatarios estatales.
La reunión se informó a través de las redes sociales del Gobernador, y en el comunicado se señaló que en la reunión a la cual acudieron Héctor Mayagoitia Domínguez, José Ramírez Gamero, Maximiliano Silerio Esparza, Ángel Sergio Guerrero Mier e Ismael Hernández Deras, se abordaron temas relativos a la necesidad de que Durango debe de ser tomado más en cuenta en el ámbito federal.
Seguramente en esa reunión se planteó la posibilidad de mantener la infraestructura hospitalaria de Durango y no aceptar el convenio de adhesión al Sistema de Salud para el Bienestar que impulsa el Gobierno Federal y que pretende quedarse con clínicas y hospitales de los estados a cambio de ser aceptados como parte de ese nuevo esquema de seguridad social que presuntamente otorgará de forma gratuita la atención a la salud en una cobertura total.
El presidente López Obrador en su presunta intención por desaparecer áreas de corrupción ha ido acotando a los gobiernos estatales y la centralización que hace ha dado al traste toda una tendencia que se impulso a partir de los años 80’s.
Los estados han sido acorralados cada vez más y eso definitivamente no será positivo para los gobiernos locales, aún aquellos emanados del partido que fundo el Presidente, Morena, el cual luce desarticulado pues no ha podido dar el brinco de ser un movimiento a un partido político.