Alcalde electo
Por: Emmanuel Salazar
A partir de ayer Durango cuenta con su alcalde electo en la persona de Jorge Salum, quien el domingo por la noche, en su festejo, brindó su triunfo a su hermano, Chava Salum, quien en 1986 quedó a punto de ganar esa posición.
Después de 33 años, pareciera que la justicia divina ha llegado para la familia Salum, a través de Jorge quien logró el triunfo electoral, ahora sí reconocido por los órganos electorales, y no como en aquellos duros días en los que no sólo hubo una negativa de la autoridad a reconocer un triunfo, sino además hasta represión que concluyó con una persona muerta.
Jorge Salum hilvanó un discurso intenso y fuerte, por fin se le vio celebrar, y hablaba con alegría, hasta que recordó y brindó su triunfo a su hermano, entonces se le cortó la voz y las ideas.
Sin duda alguna, su memoria le hizo recordar aquellas difíciles jornadas para tantos panistas y simpatizantes, cuando el sistema simplemente se cerró y no reconoció la victoria electoral de Salvador Salum.
Para quienes en aquellos días éramos unos adolescentes quedaron indeleble las manifestaciones de entonces, cuando el PAN no conocía las prerrogativas, mucho menos el acarreo, y prácticamente todo lo que se hacía era con base en la cooperación de todos y todas las interesadas en cambiar las cosas que no funcionaban en el Gobierno.
Jorge Salum llega a la Presidencia Municipal y tendrá el gran reto de lograr articular un Gobierno que realmente tenga un impacto en la sociedad.
El carácter del ahora alcalde electo, que es paradójicamente una dificultad como candidato, ahora le puede convenir a Durango para lograr avanzar en la solución de problemas que aquejan a la ciudad y su zona rural.
Seguramente el alcalde electo deberá, desde ya, tender puentes de comunicación con el resto de los regidores, pues hay que recordar que carece de mayoría para lograr llevar adelante sus programas de Gobierno.
Secretaría Particular.
Una verdadera área de oportunidad es la denominada Secretaría Particular del Ejecutivo Estatal, en donde al ciudadano se le trata peor que un pordiosero, cuando los recursos que se ejercen ahí y en todo el Gobierno vienen precisamente de los miles de contribuyentes que por alguna razón llegan a acudir a esa instancia de Gobierno.
El trato en esa oficina es frío y hosco, según pudimos vivir en carne propia en días pasados, ojalá y estas líneas sirvan para reconsiderar la atención.