Por: Eduardo Serrano

El Congreso del Estado es, obviamente, uno de los escenarios más importantes en la preparación rumbo al proceso electoral del 2021, de hecho, la conformación de la próxima legislatura, será determinante para encaminar los objetivos del 2022. Bajo esa premisa, todo indica que para Morena y sus aliados se “alinean los astros” del Ambiente Político, pues la jugada de ajedrez que le arrebató la posibilidad de encabezar la Junta de Coordinación Política (Jucopo) al Partido Acción Nacional,  ahora le permite posicionarse -nuevamente- a Sandra Amaya al frente de la máxima autoridad del Poder Legislativo local, paradójicamente, pasando a la historia como la primera mujer en asumir el importante cargo, y repetir esa posición dentro de la misma legislatura. La constelación política que se dibuja en torno al morenismo, indica que siguen avanzando en la unidad, en efecto, no una unidad absoluta, pero sí en la medida necesaria para poner a “pensar seriamente” a sus oponentes.

Ha trascendido que la también coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso del Estado, ha dado importantes pasos en la construcción de la unidad interna, sin embargo, Sandra Amaya ha suministrado de forma dosificada las señales que desea enviar a los aliados y a los adversarios de su partido. Las fotografías de reuniones con liderazgos morenezcos -afiliados o no- que en su momento llegaron a ser impensables, poco a poco van formando parte de la “nueva normalidad” de Morena. El anuncio del inicio del proceso de entrega-recepción de la Jucopo, es también otra dosis con “dedicatoria” que deberá leerse con detenimiento, pues la “paz y dulzura” que se vivió entre las distintas fuerzas políticas, mediante la construcción de acuerdos durante el tiempo en que estuvo al frente Esteban Villegas Villarreal, tomará un matiz diferente que se acentuará a partir del mes de septiembre, cuando asuma el cargo Amaya Rosales.

El Partido del Trabajo, con la coordinación de Rigo Quiñonez, deberá mantenerse dentro de la constelación política que viene construyendo Morena, a fin de encaminar y poner sobre la mesa a los perfiles que determine Gonzalo Yáñez en el proyecto de la Cuarta Transformación, cuyas negociaciones, dicen, las está trabajando en la Ciudad de México, donde -también dicen- despachan “los meros meros”. Tal vez sea el mismo caso del senador José Ramón Enríquez, quien negocia en el centro del país, pero, de todos modos, se mueve moderadamente en Durango, dando a conocer inversiones en obra pública, a pesar de que se le observa excluido de las reuniones de unidad morenezca. Es probable que eso lo haya motivado a continuar haciendo acomodos en Movimiento Ciudadano, a donde llegó “volando” Juan Carlos Corral como secretario General, una posición que, hasta donde se sabe, ocupa oficialmente Paulina Monreal, ¿Qué extraño verdad?

La alineación de los astros legislativos también abarca al Partido Verde, con los acuerdos que se mantienen con Gerardo Villarreal, quien ha sido insistente en que sea discutida y -eventualmente- aprobada la iniciativa de Ley para la Protección del Personal Sanitario y de Emergencias del Estado de Durango, un tema por demás justificado, pues nuestra entidad es una de las 22 en la República Mexicana, en las que se han presentado actos violentos en contra de este gremio. Para Villarreal es de suma importancia continuar avanzando en la constelación legislativa, a fin de consolidar la alianza con Morena y con el PT más allá de los muros del edificio de 5 de Febrero y Zaragoza, sin embargo, para que esto ocurra, es fundamental que los astros sigan alineados al interior del partido de la Cuarta Transformación, un objetivo que al menos para Sandra Amaya y compañía, ha quedado muy claro.

Twitter: @LaloSerranoZ